En una polémica que ha encendido las redes sociales y dividido opiniones, Chivas del Guadalajara enfrenta críticas por incumplir el contrato que lo obliga a vender al defensor Jesús «Chiquete» Orozco al Cruz Azul. A pesar de la claridad del documento legal, que establece la cesión del jugador si se presenta una oferta mínima de 11 millones de dólares, el Rebaño Sagrado ha encontrado maneras de retrasar la transacción.
El contrato es contundente: el monto debe ser pagado libre de impuestos, comisiones o gastos adicionales. Cruz Azul ya ha igualado estas condiciones, incluso ajustando su propuesta inicial para realizar el pago en dos exhibiciones. Sin embargo, Guadalajara ha buscado alternativas que han complicado aún más el panorama.
El club tapatío intentó incluir al jugador Luis Romo, de Cruz Azul, como parte de la negociación, pero el mediocampista rechazó la oferta de mudarse al equipo rojiblanco. Ante la negativa, los cementeros volvieron a la mesa con el monto íntegro, pero las dilaciones continuaron.
La situación se vuelve más tensa con los planes de Chivas de usar a Orozco como moneda de cambio con Rayados de Monterrey. En este escenario, el club buscó incluir a Jordy Cortizo y Brandon Vázquez en una potencial negociación. Sin embargo, la negativa de ambos jugadores a unirse al Rebaño Sagrado, sumada a la resistencia del propio Chiquete a dejar Guadalajara para ir a Monterrey, ha complicado los planes del equipo.
Mientras tanto, el reloj no se detiene. Según fuentes cercanas, si Orozco no es vendido antes del 1 de enero de 2025, la cláusula de venta aumentará a 12 millones de dólares, lo que pone mayor presión sobre Chivas para resolver la situación.
En medio de esta turbulencia, Chiquete, quien recientemente superó una infección por chikungunya, se ha presentado a los entrenamientos del equipo, pero su futuro sigue siendo incierto. Este caso refleja las tensiones entre clubes en la Liga MX y deja en evidencia cómo las negociaciones pueden volverse una compleja partida de ajedrez. La novela de Chiquete Orozco sigue generando ruido dentro y fuera de la cancha, mientras Chivas intenta sortear un escenario que cada día parece más complicado.