Después de un lustro de esquivar la justicia, Billy Álvarez Cuevas, exdirectivo del club Cruz Azul y de la Cooperativa del mismo nombre, ha sido capturado. Su arresto marca el fin de un capítulo que inició en 2020, cuando renunció a su cargo tras 32 años al frente de una de las instituciones más emblemáticas del fútbol mexicano
La Fiscalía General de la República confirmó que Álvarez fue detenido al sur de la Ciudad de México. Una operación de inteligencia permitió localizarlo, y tras su aprehensión, fue examinado por un médico legista antes de ser trasladado al Penal del Altiplano, en Almoloya de Juárez.
Álvarez, de 79 años, enfrentará diversas acusaciones, incluyendo delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita, delitos que se vinculan a su gestión en la Cooperativa Cruz Azul. Además, desde inicios de 2025, pesa sobre él una nueva orden de aprehensión por administración fraudulenta, lo que complica aún más su situación legal.
La búsqueda de Álvarez no solo fue de alcance nacional, sino internacional. En 2020, Interpol emitió una ficha roja que lo colocó en la lista de los más buscados en 195 países. Sin embargo, él logró permanecer oculto, apareciendo brevemente en 2022 en un video donde expresó su preocupación por la crisis en la Cooperativa y afirmó tener su propia versión de los hechos.
Su renuncia en agosto de 2020 dejó un legado contrastante. Aunque durante su administración Cruz Azul logró posicionarse como uno de los equipos más destacados de la Liga MX, fue después de su salida que el club rompió una racha de más de dos décadas sin obtener un título de liga. La historia de Álvarez también está ligada a otros nombres controvertidos. Su hermano Alfredo Álvarez y Víctor Garcés, antiguos socios en la Cooperativa, enfrentan investigaciones relacionadas con los mismos delitos.
La detención de Billy Álvarez marca un paso significativo en un caso que ha sido símbolo de corrupción y abuso de poder en una de las organizaciones más reconocidas del deporte mexicano. Ahora, será la justicia quien determine su responsabilidad en los actos que se le imputan. La caída del exdirectivo es un recordatorio de que, aunque la impunidad pueda prolongarse, el tiempo no borra los pendientes con la ley.