mayo 14, 2025

Entre goles y novelas: El otro amor de Mario Vargas Llosa, su pasión futbolera

Entre goles y novelas: El otro amor de Mario Vargas Llosa, su pasión futbolera

Mario Vargas Llosa, fallecido a los 89 años en Lima, dejó un legado literario inmortal que traspasó fronteras, géneros y generaciones. Ganador del Premio Nobel de Literatura en 2010, su obra brilló con una fuerza que marcó la narrativa hispanoamericana. Pero más allá de los libros y los reconocimientos, su vida estuvo marcada también por una pasión tan vibrante como su escritura: el futbol.

Desde su infancia, el autor de La ciudad y los perros soñó con enfundarse la camiseta del Universitario de Deportes, el equipo de sus amores en Perú. Lo confesó en múltiples ocasiones: su mayor anhelo era compartir la cancha con Teodoro «Lolo» Fernández y Alberto «Toto» Terry, a quienes describía como los más genuinos ídolos del balompié nacional. Incluso llegó a jugar como “calichín” de la ‘U’ en el Estadio Nacional de Lima, experiencia que siempre recordaba con entusiasmo.

En 2011, el club le rindió un homenaje nombrándolo socio honorario. “Este es el más emocionante homenaje que he podido recibir. La ‘U’ es mucho más que un club de futbol, es un mito, una leyenda, una tradición”, expresó en un emotivo discurso que unió letras y pasión deportiva.

El futbol no solo fue parte de su vida, también se convirtió en una constante dentro de su obra y actividad pública. En 1982, fue cronista en el Mundial de España, donde pudo relatar con su estilo único el espíritu global del deporte más popular del mundo. En ese torneo descubrió la intensidad de las gradas, la unidad de los pueblos y la poesía que nace desde un gol bien ejecutado.

Fanático del Real Madrid, en 2010 vivió uno de sus momentos más simbólicos al realizar el saque de honor en un partido en el estadio Santiago Bernabéu, justo en el año en que fue distinguido con el Nobel. Una coincidencia que muchos vieron como la perfecta fusión entre la gloria literaria y la emoción del balompié.

Su devoción alcanzó incluso la esfera más íntima. Durante su luna de miel en 1965, eligió como primer destino el estadio Maracaná para ver jugar a Pelé. En esa ocasión, el astro brasileño anotó dos goles frente a Alemania, y Vargas Llosa lo recordó como una experiencia inolvidable. “Mi mujer siempre se burla de mí por una cosa… Mi luna de miel consistió en eso”, relató entre risas en una entrevista para AS.

Aunque el mundo pierde a una de sus figuras más icónicas, queda la certeza de que su obra no se detiene. Entre novelas, ensayos y recuerdos de tribunas, Mario Vargas Llosa supo narrar la vida con la misma intensidad con la que vivió cada partido.