Un capítulo emotivo y cargado de simbolismo se vivió en el estadio Nuevo Gasómetro, donde San Lorenzo de Almagro rindió homenaje a su aficionado más ilustre: el Papa Francisco. A pocas horas de su despedida definitiva en Roma, el club argentino se volcó en un tributo que quedará grabado en la memoria de todos sus seguidores.
El equipo azulgrana saltó al campo frente a Rosario Central con camisetas especiales que portaban, sobre el pecho, un parche con la imagen de Jorge Mario Bergoglio sonriente, ataviado con su vestidura papal, acompañado de la frase “Juntos por la Eternidad”. Un gesto sencillo y profundo que reflejó la conexión entre el club y el primer Papa latinoamericano de la historia.
Francisco, fallecido a los 88 años, llevó su pasión por el ‘Ciclón’ desde su infancia, influenciado por su padre. Nunca ocultó su amor por los colores azul y rojo, ni su identificación con la institución que lo reconoció como el socio número 88,235.
El ambiente en el estadio vibró con una mezcla de nostalgia y orgullo. Antes del silbatazo inicial, niños de la sede Scholas Occurrentes del Barrio 31, una organización promovida por Francisco, desfilaron junto a los pequeños de la categoría 2012 de San Lorenzo. La unión de generaciones selló un momento de comunión pura entre la comunidad y su máximo símbolo espiritual.
Los colores de San Lorenzo se fusionaron con el amarillo y blanco de la bandera vaticana en una puesta en escena espectacular: humo, cintas y telones ondeaban al ritmo del recuerdo, mientras el rostro de Bergoglio presidía el cielo del Bajo Flores. El aplauso cerrado de los aficionados selló una jornada que fue más allá del resultado en la cancha.
Pese a la emotividad, el ambiente también tuvo espacio para el descontento. Parte de la hinchada expresó su reprobación hacia Marcelo Moretti, presidente del club, quien solicitó licencia tras ser señalado en denuncias de supuesta corrupción. La ovación a Francisco y el repudio a la dirigencia convivieron en una noche donde la pasión no conoció matices.
San Lorenzo, conocido como el ‘Santo de Boedo’ en honor a su fundador, el sacerdote Lorenzo Massa, mantiene viva la esperanza de volver a su barrio natal con un nuevo estadio. El proyecto contempla que el recinto lleve el nombre de ‘Papa Francisco’, en un homenaje permanente al hincha más entrañable que tuvo el club en su centenaria historia.
La conexión entre San Lorenzo y el Papa trasciende el tiempo, convirtiéndose en un legado eterno que late en cada rincón del Gasómetro y en los corazones de sus fieles.