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mayo 14, 2025

El Papa que ama el tenis: León XIV y su raqueta que deberá esperar durante su Pontificado

El Papa que ama el tenis: León XIV y su raqueta que deberá esperar durante su Pontificado

Lejos de los muros solemnes del Vaticano, el nuevo papa León XIV esconde una faceta que lo conecta con la frescura y el dinamismo del deporte: su pasión por el tenis. Robert Francis Prevost, estadounidense de nacimiento y peruano por decisión, no solo ha marcado un hito al convertirse en el primer papa procedente de Estados Unidos, sino que también ha sorprendido al mundo con una afición poco común entre las altas jerarquías eclesiásticas.

Con 69 años y una trayectoria eclesial que incluye décadas de servicio en Perú, Prevost no ha perdido el entusiasmo por el deporte blanco. En una entrevista concedida en septiembre de 2023 a la Agustinian Order, compartió con franqueza una de sus aficiones favoritas: “Me considero un tenista bastante amateur. Desde que me fui de Perú he tenido pocas ocasiones para entrenar, así que estoy deseando volver a las pistas”.

El nuevo pontífice ha mantenido una vida activa y abierta al contacto humano. Además del tenis, disfruta de la lectura, los paseos largos, los viajes y las conversaciones cercanas con amigos y personas de todo tipo. “Cada persona puede enriquecer enormemente nuestras vidas”, declaró, dejando entrever una sensibilidad muy humana y una vocación pastoral centrada en la experiencia del otro.

Formado en la Orden de San Agustín, Prevost tiene una sólida formación académica en derecho canónico y ha ocupado roles clave dentro del Vaticano. Fue obispo en Perú, prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina. Desde estos cargos, ha mostrado un estilo de liderazgo sereno, empático y profundamente enfocado en la misión.

Su origen en Chicago lo vincula de manera natural a la historia del tenis estadounidense, país que ha visto brillar a leyendas como Jimmy Connors, John McEnroe, Pete Sampras, Andre Agassi y Jim Courier. Aunque él mismo se define como amateur, su entusiasmo por este deporte sigue latente, incluso desde el corazón de la Santa

El ascenso de León XIV aporta un aire fresco al papado contemporáneo. Más allá de los pasillos vaticanos, se percibe a un hombre cercano, apasionado por los detalles simples de la vida y dispuesto a seguir cultivando su espíritu, tanto en la fe como en el deporte. La raqueta no ha quedado colgada: el deseo de regresar a la cancha permanece intacto, reflejando una personalidad que valora el equilibrio entre la contemplación y la acción.