El mexicano Arly Velásquez ha marcado un capítulo extraordinario en la historia del deporte adaptado al conquistar tres medallas de oro en el Winter Park Open de para esquí alpino, celebrado del 6 al 10 de enero en Colorado, Estados Unidos. Este logro no solo refleja su talento, sino también su visión de llevar a México al podio en los Juegos Paralímpicos de Invierno Milán-Cortina 2026.
En la categoría LW10-1, Velásquez brilló con un desempeño impecable. Su primera medalla dorada llegó en el slalom gigante sentado, donde registró un tiempo de 2:13.04 minutos, superando a los competidores estadounidenses Robert Enigl y Blake Eaton. Su dominio continuó con una segunda victoria en slalom gigante y una tercera en la exigente prueba de Super G.
El camino de Velásquez no ha sido sencillo. “Lo que más he tenido en este proyecto es resiliencia, son 16 años de trabajo, que se dicen fácil, pero ha sido muy complejo”, declaró el atleta, dejando entrever la dedicación y sacrificio que han forjado su éxito. Estas palabras resumen no solo una carrera deportiva, sino un compromiso personal con la excelencia.
Velásquez, originario de Quintana Roo, ya visualiza su siguiente desafío: el Maribor 2025 Para Alpine World Ski Championships, que se llevará a cabo del 4 al 11 de febrero en Eslovenia. Este evento será clave en su preparación para lo que serán sus quintos Juegos Paralímpicos.
Sin embargo, su meta va más allá de la participación. Velásquez tiene un sueño que lo impulsa: ganar la primera medalla paralímpica de invierno para México. “A mí no me basta con estar dentro de los 10 mejores del mundo, yo sueño con una medalla para México”, afirmó con convicción. Esta ambición refleja su deseo de inspirar a una nueva generación de deportistas y de demostrar que no hay límites cuando el esfuerzo y la pasión son el motor.
El logro de Velásquez llega en un momento crucial para el deporte adaptado en México, donde los triunfos como el suyo generan eco y motivan a otros a seguir sus pasos. Su historia no solo es un ejemplo de resiliencia y dedicación, sino también una llamada a soñar en grande, incluso frente a los desafíos más complejos.