El fútbol inglés se ve sacudido por un nuevo escándalo de dopaje. Mykhailo Mudryk, delantero ucraniano del Chelsea, ha dado positivo por una sustancia prohibida no identificada tras un control rutinario en agosto. La noticia ha dejado perplejo al jugador y ha encendido las alarmas en Stamford Bridge.
El Chelsea confirmó en un comunicado que están colaborando estrechamente con la Federación Inglesa (FA) para esclarecer el caso. “Tanto el club como Mykhailo apoyan el programa de pruebas de la FA”, señala el equipo londinense, mostrando confianza en su jugador.
Mudryk, por su parte, niega categóricamente haber consumido sustancias prohibidas de manera intencionada. “Esto es un completo shock para mí. Sé que no he hecho nada malo y estoy investigando cómo pudo pasar”, expresó el atacante de 23 años, visiblemente afectado por la situación.
Ahora, el resultado de la prueba B será crucial para determinar el futuro inmediato del jugador. De confirmarse el positivo, podría enfrentar una sanción severa similar a la de Paul Pogba, quien recientemente fue castigado con una suspensión de 18 meses.
El Chelsea invirtió 70 millones de euros en Mudryk en el verano de 2023, confiando en su talento y velocidad para revitalizar su ofensiva. Con contrato hasta 2031, el joven ucraniano ha tenido una temporada irregular y no juega desde el 28 de noviembre. Esta situación amenaza con truncar su carrera y generar una crisis deportiva y de imagen para los ‘Blues’.
El caso resuena como una advertencia en el fútbol profesional, donde el control antidopaje es implacable y los descuidos pueden costar caro. Mientras Mudryk y su equipo legal trabajan para demostrar su inocencia, el mundo del deporte aguarda expectante el desenlace de este inesperado drama.
El Chelsea, por ahora, se mantiene firme en su respaldo al jugador, pero sabe que una posible sanción podría dejar huellas profundas en el club y en la trayectoria del delantero. La bomba de dopaje ha estallado; solo resta ver cómo se apagan las llamas.