Un simple error puede convertirse en un gran problema, y Roberto ‘Piojo’ Alvarado, jugador de las Chivas, lo sabe bien. El futbolista ofreció disculpas públicas después de lanzar un cohetón en la sala de prensa del club, ubicada en las instalaciones de Verde Valle, lo que generó caos entre los reporteros presentes. «Fue una broma que salió mal», explicó Alvarado, quien aseguró que no tenía la intención de que el explosivo llegara hasta donde estaban los medios de comunicación.
El incidente ocurrió mientras los periodistas esperaban una conferencia de prensa con los jugadores José Castillo y Fernando Beltrán. Sin previo aviso, el cohetón estalló en la sala, causando pánico entre los presentes. Varios de los reporteros decidieron abandonar el lugar, y algunos quedaron aturdidos por el fuerte estruendo. “No me esperaba esto, fue un susto tremendo”, comentó uno de los periodistas afectados.
El ambiente se tensó, pero Alvarado decidió enfrentar la situación. Después del susto, pidió que se permitiera el regreso de los reporteros que habían salido de la sala para poder aclarar lo sucedido. “Quiero pedirles disculpas. No era mi intención que pasara esto. Estábamos bromeando entre los compañeros, no pensé que el cohete llegaría hasta aquí, y mucho menos que la sala estaría tan llena”, dijo el jugador visiblemente arrepentido.
La polémica no pudo llegar en peor momento para las Chivas. Además del incidente con la prensa, el club también atraviesa una semana difícil debido a la inminente salida de su técnico, Fernando Gago, quien dejará al equipo para unirse a Boca Juniors de Argentina. Se ha informado que Boca pagó la cláusula de rescisión de dos millones de dólares para hacerse con los servicios del entrenador.
Con todo este revuelo, las Chivas no solo enfrentan la presión dentro del campo, sino también fuera de él. Sin duda, las disculpas de Alvarado son un primer paso, pero este incidente deja en evidencia la importancia de manejar el profesionalismo, incluso en lo que parecen simples bromas.