El partido de vuelta de los Octavos de Final de la Europa League entre el Athletic de Bilbao y la Roma, disputado en el Estadio de San Mamés, se vio opacado por disturbios entre aficionados. Los incidentes resultaron en la detención de 11 personas y dejaron a dos vigilantes de seguridad heridos.
Antes del inicio del encuentro, seguidores de la Roma atacaron a los agentes desplegados en la zona de acceso al c, lo que provocó la intervención de la policía para evitar mayores enfrentamientos. Durante estos altercados, cuatro hinchas italianos y dos españoles fueron detenidos por desórdenes públicos y agresiones a la autoridad. Además, dos vigilantes de seguridad resultaron heridos al ser atacados con hebillas de cinturones en el control de acceso.
Al finalizar el partido, los disturbios continuaron en las inmediaciones del estadio, donde seguidores radicales del Athletic lanzaron botellas y otros objetos contundentes contra los agentes e incendiaron contenedores de basura. Como consecuencia, la Ertzaintza realizó nuevas detenciones, sumando un total de cinco aficionados locales arrestados.
Para evitar enfrentamientos, los aficionados de la Roma permanecieron dentro del estadio bajo resguardo policial y salieron aproximadamente una hora y media después de concluido el encuentro.
Durante los disturbios, se registraron lanzamientos de objetos como bengalas, petardos y botellas. La Ertzaintza desplegó un operativo para contener los incidentes y restaurar el orden en la zona.
En lo deportivo, el Athletic de Bilbao logró una victoria de 3-1 sobre la Roma, asegurando su pase a los Cuartos de Final con un marcador global de 4-3. Sin embargo, los actos violentos alrededor del partido han generado preocupación sobre la seguridad en los eventos deportivos internacionales.