Carlos Alcaraz volvió a hacer historia. El tenista español, con apenas 21 años, rompió la racha ganadora del número uno del mundo, Jannik Sinner, y se quedó por primera vez con el Masters 1000 de Roma, al vencerlo por 7-6 (5), 6-1 en una actuación que dejó sin aliento al público del Foro Itálico.
El encuentro, cargado de expectativas, marcó el regreso oficial de Sinner tras una suspensión de tres meses. Aunque el italiano llegaba impulsado por una imbatibilidad que se extendía desde octubre del año pasado, fue Alcaraz quien se adueñó de la escena con un tenis agresivo, inteligente y técnicamente impecable. En menos de dos horas, el español no solo neutralizó al favorito local, sino que reafirmó su dominio en los duelos directos: ahora lidera el historial por 7-4 y suma su cuarta victoria consecutiva ante Sinner.
El ambiente en el Campo Centrale fue intenso. Más de 10,000 aficionados, muchos vestidos de naranja, el color insignia de Sinner, se volcaron en apoyo al héroe nacional. La misión era clara: ver al primer italiano coronarse en Roma desde 1976. Pero la energía del estadio no fue suficiente. Alcaraz salvó dos puntos de set con temple y precisión, y desde ese momento el partido giró completamente a su favor. Con dos aces en el tiebreak y un segundo set demoledor, firmó una victoria que será recordada por mucho tiempo.
El triunfo coloca a Alcaraz como uno de los grandes favoritos para Roland Garros, que comienza el próximo domingo. Ya ganador del Abierto de Madrid en 2022 y 2023, y reciente campeón en Monte Carlo, el murciano se une a un grupo de élite como el quinto hombre en lograr los tres títulos Masters 1000 en tierra batida. Lo acompañan leyendas como Rafael Nadal, Novak Djokovic, Gustavo Kuerten y Marcelo Ríos.
Mientras tanto, Sinner regresaba con el deseo de dejar atrás la polémica. Su suspensión por dopaje, resuelta con un acuerdo con la Agencia Mundial Antidopaje, le permitió reincorporarse justo a tiempo para su torneo local, sin perderse ningún Grand Slam. El sueño de completar una doble victoria para Italia, tras el título de Jasmine Paolini en la rama femenina, quedó frustrado.
Carlos Alcaraz no solo arruinó ese momento histórico para el tenis italiano, sino que demostró, una vez más, que está listo para liderar la nueva generación. Desde este lunes, vuelve al número 2 del mundo, cerrando una gira en tierra batida con tres finales consecutivas, y con la mirada fija en París.