Para muchos, los nombres de Benjamín Gil, José Urquidy y Fernando Valenzuela evocan recuerdos de mexicanos destacados en las Grandes Ligas. Sin embargo, uno de los pioneros en obtener un título mundial, aunque menos conocido, es Horacio Piña, quien en 1973 se convirtió en el primer beisbolista mexicano campeón de la Serie Mundial. Nacido el 12 de marzo de 1945 en Matamoros, Coahuila, Piña, apodado ‘El Ejote’, era un lanzador derecho de 1.90 m de altura.
En la temporada en la que ganó el campeonato con los Oakland Athletics, Piña tuvo una destacada efectividad de 2.76. Durante 47 juegos, salvó 8, lanzó 88 entradas, permitió 58 hits y 31 carreras, entre ellas 8 cuadrangulares, logró 41 ponches y otorgó 34 bases por bola. La sólida actuación del equipo los llevó a vencer a los Baltimore Orioles en la final de la Liga Americana, asegurando su pase a la Serie Mundial, donde enfrentaron a los New York Mets, campeones de la Liga Nacional.
La serie comenzó el 13 de octubre en el Oakland-Alameda County Coliseum. Horacio Piña jugó en dos de los siete partidos, permitiendo seis hits y dos carreras no limpias en tres entradas lanzadas. Dio además dos bases por bolas (una intencional), un golpe y no registró ponches en los 16 turnos que enfrentó. A pesar de estos números, terminó la Serie Mundial con un PCLA de 0.00 y un récord de 0-0. Aquel octubre de 1973, Piña logró un hito que quedaría para siempre en la historia del béisbol mexicano.