Nick Kyrgios se llevó el triunfo en la denominada “Batalla de los Sexos” al derrotar por 6-3 y 6-3 a la número uno del tenis femenino, Aryna Sabalenka, en un partido de exhibición disputado en Dubái. El encuentro, que se resolvió en una hora y 17 minutos, reunió a cerca de 17 mil aficionados y cerró el año tenístico con un duelo de carácter festivo, marcado por el espectáculo y el simbolismo más que por la competencia formal.
El australiano, actualmente ubicado en el puesto 671 del ranking ATP, se presentó tras una temporada con escasa actividad oficial, mientras que la bielorrusa llegó como la jugadora dominante del circuito femenino. Sabalenka acumula 21 títulos profesionales, incluidos cuatro de Grand Slam, uno de ellos obtenido en 2025 en el Abierto de Estados Unidos, además de los torneos WTA 1.000 de Madrid y Miami y el certamen de Brisbane.
El partido no fue concebido como una confrontación en igualdad de condiciones. La organización estableció reglas especiales para equilibrar el enfrentamiento, entre ellas una cancha de menores dimensiones para Sabalenka. Esta decisión generó reacciones y críticas en redes sociales, donde se cuestionó que, para plantear una auténtica “batalla de los sexos”, ambos jugadores debían competir bajo las mismas condiciones.
Dentro de la pista, el desarrollo fue relajado y sin alta intensidad. Kyrgios, de 30 años, se mostró pausado y le bastó con la efectividad de su servicio para marcar diferencias, pese a que ambos contendientes contaron con un solo intento en el saque. Sabalenka, por su parte, respondió con golpes sólidos y momentos de calidad técnica, aunque sin lograr alterar el rumbo del marcador.
La tenista bielorrusa ingresó a la cancha al ritmo de “Eye of the Tiger”, evocando la entrada de Rocky Balboa, mientras Kyrgios aguardaba en la red con una presentación más sobria. En las gradas, figuras del deporte como Ronaldo Nazário y Kaká presenciaron el encuentro, que se sumó a una serie de exhibiciones similares que han aparecido esporádicamente en la historia del tenis.
Tras el partido, Sabalenka destacó el nivel del espectáculo y reconoció la diferencia de ritmo al enfrentar a un jugador del circuito masculino. Señaló que el duelo le permitió identificar aspectos tácticos para un eventual reencuentro y expresó su interés en una revancha. Kyrgios, en tanto, subrayó el carácter emotivo del evento y elogió la trayectoria y competitividad de su rival, a quien definió como una gran campeona.
Este fue el cuarto capítulo de este tipo de exhibiciones, precedido por los históricos enfrentamientos entre Bobby Riggs y Margaret Court, Riggs y Billie Jean King en 1973, y el duelo entre Martina Navratilova y Jimmy Connors en 1992. El partido entre Kyrgios y Sabalenka se integró así a esa tradición, concebido como un evento de entretenimiento que reunió a dos figuras de primer nivel para despedir el calendario tenístico.