Hulk Hogan, la leyenda más emblemática de la lucha libre profesional y figura icónica de la WWE, falleció a los 71 años en su casa de Clearwater, Florida, rodeado de su familia. La noticia fue confirmada por su mánager Chris Volo a NBC Los Ángeles. En sus últimos años, el exluchador enfrentó serios problemas de salud que marcaron su retiro definitivo de los reflectores.
Terry Gene Bollea, nombre real del luchador, nació el 11 de agosto de 1953 en Augusta, Georgia. Su carrera comenzó a tomar forma en 1979 bajo el nombre de «Hulkmanía», dentro de la entonces World Wrestling Federation (WWF). Más adelante, con su carisma arrollador, su característico físico y su talento en el micrófono, adoptó el nombre de Hulk Hogan, convirtiéndose en la figura central que llevó a la WWE a la fama internacional durante los años 80 y 90.
Hogan fue el rostro del entretenimiento deportivo de una era. Con su imagen del “orgullo americano”, protagonizó batallas memorables en WrestleMania y enfrentó a leyendas como Andre The Giant, Randy Savage, The Rock e incluso al presidente de WWE, Vince McMahon. Su éxito se tradujo en seis campeonatos de WWE y su ingreso al Salón de la Fama en 2005.
Además de su impacto en la lucha libre, Hogan incursionó con éxito en la cultura pop. Participó en varias películas, incluyendo Rocky III, y tuvo apariciones en televisión, programas, su propia serie animada y hasta un reality show, consolidando una imagen icónica fácilmente reconocible por su vestimenta en rojo y amarillo, que combinaba con su melena rubia.
Pero su vida personal también estuvo marcada por polémicas y dolorosas consecuencias físicas. A lo largo de su carrera, Hogan fue sometido a 25 operaciones por lesiones sufridas dentro del ring. Estas incluyeron intervenciones en la espalda, rostro, rodillas, caderas, hombros y abdomen. En entrevista con Men’s Health, confesó haber sufrido tanto que llegó a perder la sensibilidad en las piernas y que durante un periodo crítico se volvió adicto a los analgésicos.
“Tomaba pastillas para el dolor porque había tenido que someterme a 25 operaciones… hubo un tiempo en el que el dolor era insoportable, ni siquiera podía ponerme en marcha”, compartió el propio Hogan. Llegó a describirse como “un perro que iba por los frascos de pastillas” aun cuando ya no sentía dolor, evidenciando lo complejo de su situación médica.
En 2016, Hogan también fue noticia por su victoria legal contra Gawker Media, tras la publicación sin consentimiento de un video íntimo. El jurado le otorgó 115 millones de dólares por violación a su privacidad, marcando otro episodio controversial en su vida fuera del ring.
WWE expresó su pesar en un comunicado: “Una de las figuras más reconocidas de la cultura pop, Hogan ayudó a la WWE a ser reconocida globalmente en 1980”. Su legado permanece intacto como una de las influencias más fuertes para generaciones de luchadores actuales, que lo reconocen como su inspiración para ingresar al deporte.
Hulk Hogan se va como lo que fue: una superestrella global cuya figura trascendió la lucha libre para instalarse en la historia del entretenimiento, dejando huella en cada paso dentro y fuera del ring.