La esperada pelea entre Saúl “Canelo” Álvarez y Terence Crawford en el Allegiant Stadium de Las Vegas tendrá un giro inesperado que ha causado polémica: NO habrá interpretación del Himno Nacional Mexicano, justo en la víspera de las celebraciones patrias.
De acuerdo con reportes, Netflix, plataforma encargada de la transmisión del evento, decidió prohibir que se entonen los himnos nacionales antes del combate estelar. La medida incluye tanto el Himno Nacional Mexicano como el de Estados Unidos, lo que rompe con una de las tradiciones más arraigadas en el boxeo internacional.
La cantante Fey, quien había sido anunciada para interpretar el Himno Mexicano, quedó fuera del programa luego de esta decisión. Salvador Rodríguez, reportero especializado en boxeo de ESPN, confirmó que la intérprete de “Azúcar amargo” no podrá subir al escenario como estaba previsto.
Mauricio Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), denunció públicamente la medida. El dirigente señaló que Netflix se negó a que se entonaran los himnos bajo el argumento de “agilizar” la función, que será transmitida de manera exclusiva por streaming, sin acceso a la televisión abierta en México.
La noticia generó sorpresa, ya que la noche mexicana en Las Vegas suele estar marcada por un ambiente de fiesta nacional, con miles de compatriotas que acompañan al boxeador tapatío en cada presentación. El Himno Nacional ha sido históricamente un momento de alto simbolismo en cada pelea del “Canelo”, donde figuras de la música han tenido el honor de interpretarlo.
La eliminación de los himnos también afecta a Terence Crawford, quien no contará con el Himno de Estados Unidos previo a su entrada al ring. El retador estadounidense enfrenta a Álvarez en la disputa por los cuatro títulos mundiales del peso supermediano que posee el mexicano.
El Allegiant Stadium, casa de los Raiders de la NFL, será el escenario de esta velada histórica, en la que la expectativa no solo gira en torno al resultado deportivo, sino también a las decisiones de producción que marcan un cambio respecto a las tradiciones del boxeo.
Con esta medida, la pelea entre Álvarez y Crawford no solo representa un choque entre dos de los mejores pugilistas del mundo, sino también un punto de quiebre en la manera en que se organizan y transmiten los espectáculos deportivos de gran magnitud.