El receptor estelar de los Tampa Bay Buccaneers, Mike Evans, abandonó el campo en camilla durante el Monday Night Football de la semana 7 de la NFL, luego de sufrir una conmoción cerebral y una lesión en el hombro durante el duelo ante los Detroit Lions. El incidente ocurrió en los últimos minutos del segundo cuarto, cuando el jugador intentó una espectacular recepción de un pase largo lanzado por el mariscal Baker Mayfield.
Evans, portador del número 13, se lanzó para atrapar el balón, pero al caer impactó fuertemente su cabeza contra el césped del Ford Field, quedando tendido e inmóvil sobre el terreno de juego. La escena generó preocupación inmediata entre compañeros, rivales y aficionados, mientras el cuerpo médico ingresaba de forma urgente para atenderlo.
Los paramédicos realizaron evaluaciones de conocimiento y respuesta neurológica antes de colocarlo sobre una camilla y retirarlo en el carrito de asistencia. A pesar del fuerte golpe, Evans permaneció consciente y lúcido durante el traslado, aunque con visibles gestos de dolor.
El estadio mantuvo un ambiente de tensión mientras los asistentes médicos evaluaban la gravedad de la lesión. Momentos más tarde, los Buccaneers informaron a través de su cuenta oficial en la red social X que Mike Evans quedaba fuera por el resto del encuentro ante los Lions. El equipo confirmó que el diagnóstico inicial fue una conmoción cerebral, acompañada de una posible lesión en el hombro izquierdo, la cual será evaluada con mayor detalle en los próximos días.
El golpe representa un duro golpe para la ofensiva de Tampa Bay, que ha tenido en Evans a uno de sus pilares desde su llegada a la franquicia en 2014. El receptor, ocho veces seleccionado al Pro Bowl, es considerado uno de los jugadores más consistentes en la liga, con más de mil yardas en cada una de sus temporadas como profesional.
El incidente ocurrió en un momento clave del partido, cuando los Buccaneers buscaban acortar la ventaja de Detroit antes del descanso. Tras su salida, el cuerpo técnico reorganizó su esquema ofensivo, mientras el público del Ford Field despidió al jugador con una ovación. La franquicia de Tampa Bay no ha informado aún el tiempo estimado de recuperación, pero confirmó que seguirá el protocolo de conmociones de la NFL antes de cualquier posible regreso al emparrillado.