Hugo ‘Cholo’ Sotil, ícono del fútbol peruano y figura histórica del FC Barcelona, falleció este lunes a los 75 años, dejando un legado imborrable en el deporte. El exdelantero, conocido por su habilidad, valentía y carisma en la cancha, murió en Lima tras complicaciones de salud, según confirmó el Ministerio de Salud de Perú.
El ‘Cholo’ nació en Ica el 18 de mayo de 1949 y marcó la historia del balompié sudamericano. En 1973, llegó al Barcelona, donde compartió equipo con Johan Cruyff y contribuyó a ganar la Liga en 1974, desatando ovaciones en el Camp Nou con el célebre cántico: “¡Cholooo, Cholooo!”. Su frase, “¡Mamita, campeonamos!”,pronunciada al celebrar ese título, quedó grabada en la memoria de los aficionados culés.
Su trayectoria también brilló con la selección peruana, con la que alcanzó la gloria al conquistar la Copa América de 1975. Sotil fue un símbolo del fútbol de su país, representando a Perú en el Mundial de México 1970 y convirtiéndose en un referente de generaciones.
Aunque enfrentó altibajos en su carrera, como su temporada en blanco con el Barça tras la llegada de Johan Neeskens, Sotil encontró un lugar especial en Alianza Lima, equipo que lo vio alzar los títulos nacionales de 1977 y 1978. La afición blanquiazul lo adoptó como uno de sus grandes ídolos, mientras que sus rivales en Universitario de Deportes también reconocieron su grandeza.
La salud del ‘Cholo’ se deterioró en diciembre, cuando ingresó al Hospital Dos de Mayo por un fallo orgánico múltiple. A pesar de los esfuerzos médicos, su estado empeoró, culminando en su fallecimiento. Tras la noticia, clubes, aficionados y el Gobierno peruano expresaron su pesar, destacándolo como un ejemplo de talento y amor por el deporte.
Hugo Sotil no solo fue un extraordinario jugador, sino también un hombre que dejó una huella en la memoria colectiva. En sus propias palabras, deseó ser enterrado con la camiseta del Barcelona, un gesto que encapsula el profundo vínculo con el club que lo vio brillar. Su legado vivirá en cada gol, en cada ovación, y en el corazón de quienes lo admiraron.