La tensión en el fútbol mexicano se intensificó tras la sorpresiva sustitución del árbitro Rosario Guadalupe Cárdenas en el Clásico Regio entre Monterrey y Tigres, disputado durante la jornada 12 del Apertura 2024. El cambio de último momento, atribuido a «razones médicas», ha generado especulaciones y forzó a la Comisión de Árbitros a abrir una investigación para aclarar lo sucedido.
El sábado, día del partido, la Comisión de Árbitros anunció que Cárdenas sería reemplazado por Ismael López, lo que desató inquietud entre aficionados y jugadores. Además, el cuarto árbitro también fue sustituido, y Ximena Márquez Ruiz asumió el rol de VAR. Aunque el comunicado oficial prometió transparencia, la incertidumbre aumentó tras la revelación de una posible causa más grave detrás del cambio.
El exárbitro Francisco Chacón lanzó una bomba al alegar que Rosario Cárdenas había sido drogado y asaltado en su hotel tras haber contratado a una acompañante la noche previa al encuentro. Aunque esta información no ha sido confirmada oficialmente, las acusaciones han generado serias dudas sobre la integridad del arbitraje en la Liga MX.
Rosario Cárdenas, quien había sido cuarto árbitro en ocho partidos del Apertura 2024, ve su reputación en entredicho debido a este escándalo. Mientras tanto, el Clásico siguió su curso y terminó con una victoria de Monterrey 4-2 sobre Tigres, alcanzando 24 puntos y ubicándose en el cuarto lugar de la tabla general, aunque el resultado quedó opacado por la controversia.
La hinchada de ambos equipos ahora centra su atención en el estado del arbitraje, preocupada por la credibilidad del sistema. La Comisión de Árbitros enfrenta una crisis que deberá manejar con seriedad para restaurar la confianza en la Liga MX y asegurar que sus árbitros trabajen en condiciones seguras y profesionales.