El Club Cruz Azul anunció oficialmente la salida de Vicente Sánchez como director técnico del primer equipo varonil. En un comunicado compartido a través de redes sociales, la directiva informó que la decisión se tomó “de mutuo acuerdo”, agradeciendo al uruguayo por su labor durante los últimos meses.
“Su trabajo y del cuerpo técnico institucional fue fundamental para la obtención de la séptima Copa de Campeones de la Concacaf en la historia del Club”, señaló el comunicado difundido por la institución. Además, el club expresó públicamente su agradecimiento al estratega y aseguró que “las puertas quedan abiertas” para futuros proyectos dentro de la organización.
El cierre del ciclo de Sánchez llega después de una temporada en la que el técnico logró resultados relevantes para el conjunto celeste. Bajo su dirección, Cruz Azul alzó la Concacaf Champions Cup, avanzó hasta las Semifinales de la Liga MX y firmó la mejor cosecha de puntos en todo el año futbolístico. No obstante, el desempeño en cancha no fue suficiente para consolidar su continuidad.
Diversos reportes de medios deportivos coincidieron en que la relación entre Vicente Sánchez e Iván Alonso, actual director deportivo del club, atravesaba un deterioro profundo desde hace varios meses. Esta ruptura interna habría sido determinante en la evaluación final sobre su permanencia.
A pesar de los logros deportivos, el entorno institucional del equipo fue clave en la decisión final. En ese contexto, la directiva celeste ya se encuentra valorando nuevos perfiles para asumir el banquillo. Entre los nombres que han comenzado a sonar con fuerza se encuentran Guillermo Almada, exentrenador de Pachuca, y Nicolás Larcamón, actual técnico de Necaxa.
Ambos candidatos cuentan con experiencia reciente en la Liga MX y un estilo que ha captado la atención del público y directivas por igual. La posibilidad de un nuevo rumbo táctico para La Máquina se perfila como uno de los movimientos más seguidos del mercado de verano.
Mientras tanto, Vicente Sánchez cierra su paso por el banquillo cementero con una huella marcada por logros inmediatos y una gestión que, a pesar de sus éxitos, no logró consolidar armonía al interior del club. Su despedida, aunque envuelta en cordialidad institucional, refleja una dinámica interna que priorizó una reestructuración a largo plazo sobre los resultados recientes.
Cruz Azul se prepara así para iniciar una nueva etapa, en busca de estabilidad dentro y fuera de la cancha, sin dejar de lado el objetivo de mantenerse competitivo en el escenario nacional e internacional.