Las luces se encienden en Aguascalientes y no es por un gol en el último minuto. Es porque Necaxa —sí, ese club histórico de la Liga MX— se convierte en el nuevo protagonista de una docuserie con sello hollywoodense. Eva Longoria, Ryan Reynolds y Rob McElhenney, los mismos que llevaron al modesto Wrexham a la cima de la emoción futbolera en Reino Unido, ahora quieren hacer magia con los Rayos.
El tráiler ya salió y no decepciona. Longoria pone voz y corazón: “En México, el futbol es el idioma”, dice mientras la cámara recorre canchas, calles y pasiones. “Mi compromiso es personal, quiero mostrarle al mundo la belleza de la gente mexicana”, agrega, firme, clara y orgullosa.
Reynolds y Mac no se quedan atrás. Con un español titubeante pero valiente, se cuelan en la historia como nuevos fans del Necaxa y prometen ir más allá del balón. “Vamos a ganar corazones, vamos a inspirar orgullo”, suelta Ryan, mientras la pantalla muestra escenas de lucha, lágrimas, lesiones y ese espíritu que no se apaga.
La serie, simplemente llamada Necaxa, se estrena el 7 de agosto por FXX en Estados Unidos y llegará a Latinoamérica por Disney+. Ocho capítulos que mezclan drama, fútbol, esperanza y un aire cinematográfico que atrapa hasta al que nunca ha visto un partido completo.
Y sí, no todo ha sido gloria para los Rayos. De ser una potencia del futbol mexicano a navegar años de incertidumbre, reubicaciones, reinvenciones y más cambios que goles. Pero ahí siguen, vivos, intensos, eléctricos. “Un núcleo apasionado de aficionados incondicionales sigue creyendo”, dice la sinopsis. Porque Necaxa, aunque parezca dormido, siempre está por regresar.
La docuserie no es solo una oda al deporte. Es una historia de reinvención. De cómo un equipo busca no solo volver a brillar en la cancha, sino también conquistar pantallas y corazones. Longoria, Reynolds y Rob Mac no vienen a salvar, vienen a sumar. A darle energía nueva al club y a mostrarle al mundo de qué está hecha Aguascalientes.
Cada semana, nuevos episodios. Risas, lágrimas, gritos de gol, gritos de frustración. Pero sobre todo, un viaje emocionante que convierte al Necaxa en algo más que un equipo: en una historia que vale la pena ver y sentir. Y esto… apenas comienza.