San Siro vivió una noche llena de emoción, goles y un gesto memorable en la victoria 3-1 del Milan sobre el Bolonia, correspondiente a la Jornada 36 de la Serie A. El mexicano Santiago Giménez fue el protagonista indiscutible con un doblete decisivo, en un partido que destacó por un homenaje especial: todos los jugadores del Milan portaron en sus camisetas el apellido de sus madres.
El equipo dirigido por Sergio Conceição encontró en Giménez a su salvador. El delantero, quien ingresó al minuto 65, lució en su espalda el apellido “Zolotarchuck”, en honor a su madre María Bernarda. Su irrupción cambió el ritmo del encuentro y encendió al público con dos goles que revirtieron un marcador adverso.
El duelo comenzó cuesta arriba para los rossoneri. Bolonia dominó el primer tiempo y al minuto 49, Riccardo Orsolini abrió el marcador con un disparo impecable que dejó sin opciones al guardameta Mike Maignan. San Siro enmudeció ante una actuación gris del Milan que no encontraba claridad ofensiva ni ritmo en el mediocampo.
La reacción del equipo local llegó desde el banquillo. Santiago Giménez necesitó apenas tres minutos sobre el campo para impactar el juego. Con gran determinación y técnica, empató el partido al minuto 68 con un disparo cruzado entre las piernas del arquero rival. El impulso fue inmediato.
Christian Pulisic fue el encargado de culminar la remontada. En el minuto 79, aprovechó un rebote en el área para mandar el balón al fondo de la red. El estadio explotó en júbilo con la ventaja, pero el espectáculo no terminó ahí. En los últimos minutos, Giménez firmó su segundo tanto del partido tras una jugada colectiva que selló el 3-1 definitivo.
Este resultado coloca al Milan en la octava posición con 60 puntos, justo detrás del Bolonia, que mantiene 62. Ambos equipos se verán las caras nuevamente el próximo miércoles 14 de mayo en el Estadio Olímpico de Roma para disputar la Final de la Copa de Italia. El Milan buscará sumar su segundo título de la temporada tras haber conquistado la Supercopa ante el Inter.
La oportunidad de ganar la sexta Copa de Italia, un trofeo que no levanta desde 2003, representa una meta clave para el conjunto rossonero en una campaña marcada por la irregularidad. En cambio, Bolonia intentará romper una sequía aún mayor, sin títulos de copa desde 1974.
La noche en San Siro quedará marcada no solo por el regreso heroico del Milan, sino por un gesto que unió fútbol y familia: el apellido de las madres estampado en cada camiseta, en una celebración que mezcló pasión, identidad y victoria.