Portugal selló una de sus noches más memorables al vencer 2-1 a Alemania en el Allianz Arena de Múnich y asegurar su pase a la Final de la Liga de Naciones de la UEFA. Lo hizo con dramatismo, en apenas cinco minutos, con dos nombres clave en la historia reciente del fútbol luso: Francisco Conceiçao y Cristiano Ronaldo.
El encuentro parecía inclinarse a favor del conjunto alemán desde la segunda mitad. Alemania rompió el cero con un pase magistral de Joshua Kimmich, quien filtró el balón con un toque preciso que Florian Wirtz convirtió en el 1-0, pegado al poste e inalcanzable para el guardameta Diogo Costa. Era el minuto 48 y el estadio se volcaba con los locales.
Portugal apenas había generado peligro real hasta ese momento. Cristiano Ronaldo había rozado el empate segundos antes, sin éxito. Pero la historia cambió con un movimiento desde el banquillo. Francisco Conceiçao entró al campo en el minuto 58, y apenas cinco minutos después, firmó el empate con un disparo espectacular. Interior del pie derecho, parábola perfecta, y la pelota alojada en la red sin que Ter Stegen pudiera hacer nada.
El golpe revitalizó al equipo dirigido por Roberto Martínez. Portugal tomó el control, liberado de la presión y con la confianza renovada. El segundo tanto llegó pronto, en el minuto 68, gracias a una asistencia medida de Nuno Mendes que Cristiano Ronaldo remató con sangre fría. La jugada pasó por revisión debido a una posición ajustada, pero el gol fue validado. Remontada completada.
La última vez que Portugal había vencido a Alemania fue en la Eurocopa 2000, hace 25 años. Aquel día, Sergio Conceiçao, padre de Francisco, marcó tres goles. La historia volvió a repetirse, con otra generación dejando huella en un duelo clásico.
Además del talento ofensivo, el portero Diogo Costa fue clave en la victoria. Durante la primera mitad realizó dos atajadas fundamentales que evitaron que Alemania ampliara su ventaja. Mientras el conjunto alemán perdió fuerza tras el gol, Portugal creció con confianza y eficacia.
Ahora, el cuadro luso aguarda en la Final del domingo al vencedor del cruce entre España y Francia. Podría ser Lamine Yamal. Podría ser Kylian Mbappé. Sea quien sea, Portugal llega en estado de gracia, con una combinación única de juventud y experiencia que sigue dando frutos.