La violencia golpeó de forma directa al fútbol ecuatoriano. En las primeras horas de este miércoles, sujetos armados irrumpieron en el hogar del futbolista Jackson Rodríguez, extremo izquierdo del Club Sport Emelec, y se llevaron por la fuerza a su esposa e hijo. El hecho ocurrió en Guayaquil, ciudad costera que se ha convertido en uno de los epicentros del conflicto armado interno que atraviesa Ecuador.
El reporte oficial de la Policía Nacional confirmó que el jugador resultó ileso. Sin embargo, los asaltantes lograron llevarse consigo a sus familiares, además de varios objetos de valor y dinero en efectivo. “Sujetos no identificados ingresaron al domicilio del jugador en forma violenta”, informaron las autoridades al referirse al ataque.
La policía inició de inmediato un operativo de búsqueda, mientras que Rodríguez permanece bajo resguardo y protección, a la espera de avances en la investigación. El hermetismo rodea tanto a las fuerzas del orden como al propio club Emelec, que hasta ahora ha emitido un breve comunicado oficial señalando que no hará declaraciones hasta que existan datos verificables proporcionados por las autoridades competentes.
El hecho se produce en un contexto nacional altamente complejo. Desde enero de 2024, Ecuador se encuentra en estado de “conflicto armado interno”, una medida excepcional declarada por el presidente Daniel Noboa ante el avance de grupos delictivos organizados, a los que se les atribuye una escalada de violencia sin precedentes en el país. El mandatario ha calificado a estas bandas como “terroristas”, apuntando al vínculo directo entre sus operaciones y el narcotráfico.
Guayaquil, capital de la provincia del Guayas, ha sido una de las zonas más afectadas por esta ola de inseguridad, registrando en los últimos meses numerosos episodios de violencia extrema. El secuestro de la familia del futbolista se suma a la preocupante lista de casos que han generado alarma social dentro y fuera del país.
Mientras tanto, en el entorno del fútbol, la noticia ha generado consternación. Jackson Rodríguez, de 24 años, es uno de los talentos jóvenes del club eléctrico y se encontraba activo en la plantilla profesional. Por ahora, el club mantiene su postura de silencio institucional, priorizando el respeto al proceso legal y el resguardo del jugador.
Las próximas horas serán clave para el desenlace de este caso, que ha puesto nuevamente en evidencia el delicado momento de seguridad que vive Ecuador. El deporte, el entretenimiento y la vida cotidiana se ven alcanzados por una realidad que ha dejado de ser excepcional para convertirse en cotidiana.