La energía volvió a fluir en el Foro Itálico. Este sábado, el italiano Jannik Sinner regresó oficialmente al circuito profesional con una victoria sólida que emocionó a todo el público local. El número 1 del mundo debutó en la segunda ronda del Abierto de Roma con triunfo sobre el argentino Mariano Navone, tras cumplir una sanción de tres meses por dopaje acordada con la Asociación Mundial Antidopaje (AMA).
Sinner, suspendido desde marzo luego de dar positivo por clostebol durante Indian Wells, reapareció con fuerza renovada y una presencia física notablemente trabajada. El resultado lo acompañó: 6-3 y 6-4 ante Navone, en un duelo que se extendió por una hora y 39 minutos. En la tercera ronda, lo espera el neerlandés Jesper De Jong, quien viene de eliminar al español Alejandro Davidovich Fokina.
El ambiente fue digno de una final. El ingreso del tenista italiano a la pista central fue ovacionado con intensidad. La afición colmó cada rincón del recinto, incluso en los niveles más altos, y celebró cada punto como si fuera el último. En ese mar de emoción, Sinner dejó ver una leve sonrisa antes de enfocar toda su energía en la competencia.
Navone no fue un rival cómodo. Apoyado por un juego ordenado y agresivo, complicó al anfitrión en varios tramos del partido. El argentino puso presión constante, pero Sinner respondió con temple y efectividad. Desde el cuarto juego del primer set, cuando logró el primer ‘break’ para ponerse 4-1, comenzó a marcar diferencias y se adueñó del ritmo del encuentro.
La segunda manga trajo el momento más intenso del enfrentamiento. Navone resistió, emparejó el marcador, y el público mantuvo la tensión al máximo. Sinner salvó una bola clave en el 2-2 y rompió el servicio del argentino en el 4-3. Aunque Navone igualó nuevamente, el italiano no soltó el control y con un saque directo cerró el partido, desatando una celebración con olés que retumbaron en todo el recinto.
El regreso fue contundente. No estuvo exento de errores, como algunas derechas desviadas o decisiones apresuradas. Pero dejó claro que el nivel competitivo sigue intacto. Físicamente fuerte y mentalmente enfocado, el altoatesino superó su primera prueba tras la sanción, y lo hizo en casa, rodeado de una afición que nunca le dio la espalda.
“No compito por ganar en Roma”, aseguró días antes. Sin embargo, su forma y su impacto en el torneo lo colocan de nuevo entre los nombres más fuertes. El camino continúa, y su próximo desafío será frente a Jesper De Jong. Roma ya lo recibió, y el tenis vuelve a tenerlo como protagonista.