El mundo del automovilismo está de luto tras la trágica muerte de Gil de Ferran, ganador de las 500 Millas de Indianápolis en 2003 y poseedor del récord de velocidad en pista cerrada.
El ex piloto falleció el viernes mientras competía en The Concourse Club en Florida con su hijo Luke, confirmaron varios excolegas. Tenía 56 años.
Según Tony Kanaan, colega y compatriota de De Ferran, el piloto estaba en la pista privada en Opa-Locka, Florida, junto a su hijo cuando detuvo su auto al sentirse mal.
A pesar de los intentos de reanimación, De Ferran sufrió aparentemente un infarto cardíaco del cual no pudo recuperarse.
Kanaan expresó su dolor por la pérdida de un ícono del automovilismo brasileño y uno de sus mejores amigos. «Crecimos juntos y colaboramos en McLaren recientemente.
De Ferran fue recontratado en mayo como consultor de McLaren, habiendo sido director deportivo del esfuerzo fallido por clasificar a Fernando Alonso a las 500 Millas de Indianápolis en 2019.
Ganó los títulos de la serie Champ Car en 2000 y 2001 con el equipo Penske, y en 2003 se coronó en las 500 Millas de Indianápolis también con Roger Penske.
Su legado incluye el récord de velocidad sobre pista cerrada impuesto en el California Speedway en 2000, una marca que aún se mantiene. Inspirado por Emerson Fittipaldi, De Ferran comenzó su carrera en karts y escaló en el automovilismo europeo.
De Ferran deja atrás a su esposa Angela, su hija Ana y su hijo Luke, quien continúa la tradición automovilística como DJ en las carreras de la Fórmula Uno.
La noticia llega como un golpe para la comunidad automovilística, recordando la impactante contribución y legado de Gil de Ferran en el mundo de las carreras.