Antonio Brown, exestrella de la NFL y uno de los receptores más explosivos de su generación, volvió a ocupar los titulares, pero esta vez fuera del campo de juego. El exjugador fue extraditado desde Dubái hacia Estados Unidos y ya se encuentra bajo custodia de las autoridades federales en Miami, donde enfrentará un proceso judicial por intento de asesinato en segundo grado con arma de fuego.
La confirmación llegó por parte de la Policía de Miami, que informó que Brown, de 37 años, será trasladado al condado de Miami-Dade en los próximos días para iniciar su proceso legal. El caso se remonta al pasado 16 de mayo, cuando el exreceptor presuntamente protagonizó un tiroteo a las afueras de un evento de boxeo en la ciudad, dejando a un hombre herido.
La investigación determinó que durante una confrontación, Brown habría golpeado a otro individuo, desarmado a un guardia de seguridad y disparado dos veces contra su víctima, rozándole el cuello en uno de los impactos.
El incidente provocó que, en junio, las autoridades emitieran una orden de arresto en su contra. Se le ofreció entregarse voluntariamente para cumplir un arresto domiciliario, pero ya no se encontraba en el país. En los meses posteriores, sus publicaciones en redes sociales lo ubicaban en Dubái, donde finalmente fue detenido antes de ser extraditado a territorio estadounidense.
El cargo que enfrenta, intento de asesinato en segundo grado, podría significarle hasta 15 años de prisión y una multa de 10 mil dólares si es declarado culpable. La acusación también incluye el uso indebido de un arma de fuego, lo que agrava su situación legal y complica sus posibilidades de obtener una condena reducida.
El caso de Brown representa otro capítulo en una trayectoria deportiva tan destacada como polémica. Nacido en Miami, el receptor brilló durante años con los Pittsburgh Steelers y cerró su carrera profesional en 2021 con los Tampa Bay Buccaneers, con quienes ganó el Super Bowl LV.
Su desempeño lo colocó entre los jugadores con mayores posibilidades de ingresar al Salón de la Fama en 2027, aunque sus constantes escándalos fuera del campo han puesto en duda su legado.
Con su regreso forzado a Estados Unidos, el exjugador enfrentará ahora uno de los partidos más difíciles de su vida, esta vez sin casco ni estadio, y con un futuro que dependerá del veredicto de la justicia.