Brett Favre, el icónico quarterback de los Green Bay Packers y miembro del Salón de la Fama, ha anunciado que ha sido diagnosticado con la enfermedad de Parkinson, una afección neurodegenerativa que afecta la movilidad y la función cognitiva. La revelación se produjo durante una audiencia en el Congreso de Estados Unidos, donde el exjugador se encuentra en el centro de un escándalo por presunto desvío de fondos de asistencia social.
Con una voz cargada de emoción, Favre compartió su difícil diagnóstico ante el Comité de Recursos y Árbitros de la Cámara de Representantes. “Lamentablemente, perdí una inversión en una empresa que creía que estaba desarrollando un medicamento innovador para las conmociones cerebrales que pensé que ayudaría a otros. Estoy seguro de que comprenderán por qué es demasiado tarde para mí”, expresó el exquarterback de 54 años, evidenciando su lucha personal con la enfermedad.
Este anuncio llega en un momento complicado para Favre, quien ha sido señalado por desviar millones de dólares de fondos destinados a la asistencia social. La empresa Prevacus, en la que Favre fue el principal inversionista, recibió dos millones de dólares de dichos fondos, bajo la promesa de desarrollar medicamentos para el tratamiento de las conmociones cerebrales. Sin embargo, las investigaciones han revelado que la empresa no estaba llevando a cabo investigaciones serias y su fundador, Jacob VanLandingham, se declaró culpable de fraude electrónico en julio. Se descubrió que había utilizado el dinero para cubrir deudas personales y gastos de apuestas, lo que plantea serias preguntas sobre la ética y la legalidad de las inversiones de Favre.
A lo largo de su carrera de 20 temporadas en la NFL, Favre ha sido un referente en el deporte, jugando para los Falcons, Packers, Jets y Vikings. Sin embargo, su legado se ve ensombrecido por los problemas legales actuales. Favre ha reportado haber sufrido más de mil conmociones cerebrales, lo que lo ha llevado a involucrarse en causas relacionadas con la salud cerebral.
El escándalo no solo ha afectado su reputación, sino que también ha tenido repercusiones financieras. El Departamento de Servicios Humanos de Mississippi ha señalado a Favre por desviar 77 millones de dólares en fondos de asistencia social, con la afirmación de que ocho millones de estos habrían beneficiado a él directamente o a sus causas. Aunque Favre ha negado las acusaciones y no se han presentado cargos penales en su contra, ha devuelto 1.1 millones de dólares en pagos entre 2020 y 2021. Sin embargo, la auditoría del estado le exige ahora el pago de 727 mil dólares adicionales en intereses.
La situación de Favre resuena más allá del ámbito deportivo; es un reflejo de las complejas intersecciones entre el deporte, la salud y la ética empresarial. A medida que el exquarterback enfrenta sus propios desafíos de salud y legales, su historia invita a la reflexión sobre el bienestar de los atletas y la responsabilidad de aquellos que invierten en su salud.
La noticia del diagnóstico de Parkinson, sumada a las controversias que lo rodean, ha generado un torbellino de opiniones entre sus fanáticos y críticos por igual. Algunos ven en él un símbolo de resiliencia ante la adversidad, mientras que otros cuestionan la integridad de sus acciones fuera del campo.