El mundo del fútbol argentino se ve sacudido por un escándalo tras la decisión del club Vélez Sarsfield de suspender los contratos de cuatro de sus futbolistas, acusados de presunto abuso sexual ocurrido el pasado 3 de marzo en San Miguel de Tucumán. En un comunicado difundido en sus redes sociales, el club informó sobre la suspensión de los contratos de Sebastián Sosa, José Florentin, Braian Cufré y Abiel Osorio, quienes enfrentan graves cargos de «abuso sexual con acceso carnal agravado por dos o más personas».
La acusación surge a raíz de la denuncia de una mujer de 24 años, quien afirmó haber sido víctima de abuso por parte de los futbolistas en un hotel de San Miguel de Tucumán. La situación se agrava con la detención preventiva de los jugadores, ordenada por la justicia tras la solicitud de la víctima y la realización de la cámara Gesell.
El relato de la víctima detalla que el encuentro con el portero uruguayo Sebastián Sosa se produjo luego de una serie de interacciones en Instagram. Sin embargo, la noche tomó un giro oscuro cuando se sumaron al encuentro los jugadores Osorio, Cufré y Florentin, tras lo cual la mujer se sintió mareada y sufrió el presunto abuso.
El club Vélez Sarsfield, además de suspender los contratos de los jugadores involucrados, ha iniciado un sumario interno para determinar las medidas definitivas a tomar. En su comunicado, expresaron su «profunda preocupación» por los hechos denunciados, subrayando que estos son «claramente contrarios a los principios y valores» de la institución.
Estos eventos han desencadenado una fuerte conmoción en el ámbito deportivo argentino, poniendo en el centro del debate la conducta de los deportistas y la responsabilidad de los clubes en la prevención y sanción de casos de abuso sexual. La gravedad de las acusaciones y la implicación de jugadores destacados ponen de manifiesto la urgencia de abordar estos temas de manera integral y transparente en el deporte profesional.