En una jornada que debió ser recordada por la emoción del juego, la sangre derramada de Guadalupe Porras, árbitra del encuentro entre Betis y Athletic, ha marcado un antes y un después. La conmoción se apodera del Comité Técnico de Árbitros (CTA) y del colectivo arbitral, quienes denuncian una peligrosa línea cruzada en el manejo de las cámaras a pie de césped.
La imagen impactante de Porras con la cabeza ensangrentada ha provocado un giro en la percepción del papel de los operadores de cámara. La controversia no es nueva; el CTA había advertido en múltiples ocasiones sobre la intromisión de estas cámaras en el terreno de juego. Ahora, el incidente de Porras sirve como un llamado urgente para que se respeten las normas y códigos establecidos.
El acta del partido revela una falta de entendimiento entre el equipo arbitral y el operador de cámara desde el minuto 13. Un violento golpe en la cabeza de la asistente, provocado por la activa participación del operador, resultó en una herida inciso-contusa de grandes dimensiones y pérdida de conocimiento. La gravedad del incidente llevó a la asistente a ser trasladada de urgencia al hospital.
El CTA enfatiza que no busca prohibir el trabajo de los operadores de cámara, sino establecer límites claros. El terreno de juego, considerado sagrado, debería ser respetado, permitiendo la entrada solo en casos excepcionales y, como máximo, por la línea de fondo. La seguridad de los participantes, árbitros y jugadores, debe ser prioritaria.
El reglamento audiovisual de LaLiga especifica claramente las condiciones para la operación de cámaras durante el partido. A pesar de ello, el incidente con Guadalupe Porras ha demostrado que las precauciones no siempre se toman como se debe. LaLiga ha emitido disculpas a la árbitra y al CTA, destacando que este fue el primer incidente de este tipo en más de 600 partidos utilizando la ‘Steady Cam’ a pie de campo.
LaLiga ha instruido a la producción audiovisual para extremar las precauciones y evitar interferir en el trabajo de los jugadores y el cuerpo arbitral. Las disculpas también incluyeron una visita personal de la directora de partido del Betis-Athletic al hospital, demostrando la gravedad del suceso.
Javier Tebas, presidente de LaLiga, reconoce la importancia de aprender de este incidente. A pesar de la experiencia positiva con las ‘Steady Cams’ a lo largo de tantos partidos, la seguridad debe ser la prioridad máxima. Se espera que este episodio desencadene medidas más estrictas y una mayor conciencia por parte de los operadores de cámara, garantizando que eventos como el de Guadalupe Porras no se repitan.
La emergencia en el campo de juego tras el incidente de Guadalupe Porras ha encendido las alarmas en el mundo del fútbol. La indignación en el colectivo arbitral y las llamadas a una acción más decidida resuenan alto, exigiendo que se establezcan y respeten límites para preservar la seguridad y la integridad en el deporte rey.