La Selección Mexicana de Futbol tiene definidos los últimos compromisos del año como parte de su preparación hacia la Copa del Mundo de 2026. El conjunto tricolor disputará su último encuentro amistoso del calendario el martes 18 de noviembre frente a Paraguay, en el Alamodome de San Antonio, Texas.
El partido forma parte de la Fecha FIFA de noviembre, en la que México también enfrentará a Uruguay el día 15 en el estadio TSM de Torreón, Coahuila. Con estos dos juegos, la Federación Mexicana de Futbol (FMF) busca mantener un calendario de alto nivel competitivo de cara a la justa mundialista que se disputará en México, Estados Unidos y Canadá.
Durante el anuncio del partido contra Uruguay, el presidente ejecutivo de la FMF, Ivar Sisniega, destacó que la planeación busca enfrentar a rivales que representen un desafío real para la escuadra dirigida por Javier Aguirre.
“Javier Aguirre quiere enfrentar a la Selección ante rivales de alto nivel, que nos pongan en dificultades y ante rivales que le permitan probar a los jugadores que podrán aportar y estar presentes en la Copa del Mundo. Estos rivales como Ecuador, Colombia y Uruguay están entre los 20 mejores del mundo y que acaban de terminar su eliminatoria”, declaró Sisniega.
En meses recientes, el equipo nacional se ha enfrentado a selecciones asiáticas. Contra Japón y Corea del Sur, en la gira de septiembre, registró dos empates que sirvieron para observar variantes tácticas y nuevos nombres en la convocatoria. En octubre, México sostendrá compromisos frente a Colombia y Ecuador, duelos que también se inscriben en la ruta de preparación.
El cierre de 2025 con el duelo frente a Paraguay en territorio estadounidense representa además un retorno estratégico a un mercado donde el Tri concentra una de sus mayores bases de aficionados fuera del país. El Alamodome, con capacidad superior a 60 mil espectadores, ha sido escenario frecuente de partidos de la Selección, convirtiéndose en una sede que garantiza alta asistencia y apoyo masivo.
Con la mira puesta en 2026, la Federación y el cuerpo técnico han diseñado un plan que combina rivales sudamericanos, asiáticos y de la región para medir al equipo en diferentes estilos de juego. El calendario de este año ha buscado mantener continuidad y elevar el nivel de exigencia previo a una de las competencias más importantes en la historia del futbol mexicano, por la responsabilidad de ser anfitrión.