La espera terminó. La Selección Nacional de México conquistó por primera vez en la historia la Concacaf Nations League, un trofeo que se le había escapado en tres ediciones anteriores. Bajo el mando de Javier Aguirre, el Tricolor venció 2-1 a Panamá en la Final disputada en el SoFi Stadium, con una actuación estelar de Raúl Jiménez.
El delantero del Fulham brilló con luz propia al marcar los cuatro goles del Tri en el Final Four, consolidándose como el tercer máximo anotador en la historia de la selección, solo por detrás de Javier Hernández y Jared Borgetti. Su doblete en la gran final fue clave para devolver a México a lo más alto del fútbol regional.
El compromiso y el orgullo fueron el sello del equipo dirigido por el Vasco Aguirre. Desde su llegada, el técnico dejó claro que la identidad y la pasión serían innegociables, y en la cancha quedó demostrado. La intensidad y entrega de los jugadores fueron la clave para levantar el ansiado título.
El partido comenzó con una explosión de emociones. Apenas al minuto 8, Roberto ‘Piojo’ Alvarado asistió con un centro preciso a Raúl Jiménez, quien con un cabezazo certero puso el 1-0 y desató la euforia entre los más de 70 mil aficionados en el estadio.
Panamá no se quedó atrás y aprovechó un error del arquero Luis Ángel Malagón para igualar el marcador. Adalberto Carrasquilla ejecutó un penal impecable y puso el 1-1, desatando el nerviosismo en el equipo mexicano.
El Tri buscó por todos los medios el gol de la victoria. La defensa panameña resistió, pero cuando el tiempo extra parecía inminente, una mano dentro del área le dio a México la oportunidad que tanto esperaba. El árbitro no dudó en señalar la pena máxima y Raúl Jiménez, con frialdad absoluta, definió con precisión para sellar el título.
La Concacaf Nations League ya está en las vitrinas del Tri. Con este logro, México demuestra que el gigante está de vuelta y con sed de más gloria. Javier Aguirre y su equipo tienen en el horizonte nuevos retos, y el próximo objetivo es consolidar este resurgimiento rumbo al Mundial en casa. El camino sigue, pero el mensaje es claro: México está listo para hacer historia.