Saúl ‘Canelo’ Álvarez no solo sigue haciendo historia en el ring, también lo hace fuera de él. Esta vez, el boxeador mexicano apostó 500 mil dólares (equivalente a más de nueve millones 300 mil pesos mexicanos) a favor de Oleksandr Usyk en su combate contra Daniel Dubois, celebrado en el estadio de Wembley. La jugada fue precisa: el ucraniano noqueó al británico en el quinto asalto, y el tapatío se llevó una ganancia neta de 130 mil dólares, es decir, poco más de dos millones 429 mil pesos.
Usyk, originario de Crimea y con 38 años de edad, sumó el cinturón de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) a los que ya poseía del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y la Organización Mundial de Boxeo (OMB). Así, se consagró por segunda vez en su carrera como campeón indiscutido de los pesos pesados, y dejó claro que la división está bajo su control absoluto.
Previo a la pelea, ‘Canelo’ compartió en su cuenta oficial de ‘X’ la razón de su apuesta: “En los últimos cinco años, Usyk ha vencido a los mejores. Oleksandr tiene una resistencia increíble; es muy técnico e inteligente. Cuando veo a alguien con esa concentración, lo apoyo. Por eso aposté fuerte por su victoria. ¡Oleksandr, haz lo tuyo!”.
Con un momio de 1.26 a favor del ucraniano, la apuesta del mexicano lucía segura y con potencial de un buen retorno, aunque no tan explosivo. Lo cierto es que, con una ejecución técnica impecable y una contundente actuación sobre el ring, Usyk respondió a la confianza del campeón mexicano y selló una victoria que no solo reafirma su legado, sino que le permitió a Álvarez sumar una cifra millonaria más a su fortuna.
Mientras tanto, el futuro de Usyk también genera expectativas. Con la división en sus manos, su siguiente rival podría ser Tyson Fury o Anthony Joshua, ambos con pasado en común con el campeón ucraniano. Si se concreta alguno de esos enfrentamientos, el escenario de una trilogía estaría servido.
Para ‘Canelo’, el resultado fue una victoria indirecta, pero celebrada con la misma pasión con la que encara cada combate. Su intuición y análisis le permitieron disfrutar el espectáculo con un incentivo extra y una bolsa que no cualquiera puede apostar —y ganar— en una noche de boxeo.