En el marco del Gran Premio de Emilia-Romaña, Sebastian Vettel realizó un emotivo homenaje a Ayrton Senna, fallecido en 1994 durante el Gran Premio de San Marino en Imola. A bordo de un McLaren MP4-8 y con una bandera de Brasil, Vettel recordó al legendario piloto brasileño en el 30 aniversario de su muerte.
El tetracampeón de Fórmula 1 sacó del garaje el monoplaza con el que Senna obtuvo su última victoria en el Gran Premio de Australia de 1993. Con un casco decorado con los colores de las banderas de Brasil y Austria, Vettel dio varias vueltas al Autódromo Enzo e Dino Ferrari, rindiendo tributo no solo a Senna, sino también a Roland Ratzenberger, quien también falleció en Imola hace 30 años.
Durante su homenaje, Vettel portó una bandera de Austria y una de Brasil, y después de girar en la pista, realizó algunos «donuts» en la recta principal. Posteriormente, se arrodilló ante ambas banderas en un gesto de respeto hacia los pilotos fallecidos. «Grité sus nombres bajo el casco y fue uno de los momentos más emocionales que he tenido al volante», confesó Vettel.
Además del tributo en la pista, el jueves anterior, Vettel convocó a los pilotos de Fórmula 1, Fórmula 2 y Fórmula 3 en el lugar del accidente de Senna. Allí, dirigió unas palabras en memoria del icónico piloto, destacando su influencia y legado en la seguridad del deporte.
«No se trata de mí. Solo intento contar su historia y recordar sus colores, inspirando a los pilotos actuales para que lo recuerden y se motiven con él. Gracias a ese horrible fin de semana, por extraño que parezca, se estudió cómo hacer los circuitos más seguros», expresó Vettel.
Este homenaje no solo rememoró la grandeza de Senna y Ratzenberger, sino que también subrayó los avances en seguridad en la Fórmula 1 que surgieron a raíz de sus trágicas muertes.