El exboxeador mexicano Julio César Chávez confirmó que su hijo Omar se encuentra internado en la clínica de rehabilitación que él mismo dirige en Tijuana. La decisión se tomó luego de que el joven presentara una crisis de paranoia relacionada con su consumo de drogas y problemas de adicción al juego. Según el propio excampeón, su hijo permanecerá al menos un mes en tratamiento para estabilizar su salud y continuar con su proceso de recuperación.
El ingreso de Omar se da en un momento difícil para la familia Chávez, pues su hermano, Julio César Jr., enfrenta un proceso judicial en Estados Unidos por presunta delincuencia organizada y tráfico de armas. Mientras tanto, el mayor de los Chávez ha tenido que dividir su tiempo entre los temas legales de su primogénito y la atención médica de Omar, quien desde hace años ha lidiado con problemas de adicción y descontrol emocional.
De acuerdo con el relato de Chávez padre, Omar se encontraba en Culiacán entrenando y parecía estar en una buena etapa personal. Sin embargo, al llegar a Tijuana, una recaída lo llevó a comportarse de manera errática tras consumir marihuana, lo que derivó en un episodio de paranoia que alarmó a su familia. Ante la situación, el exboxeador decidió intervenir personalmente y trasladarlo a su centro de rehabilitación, donde permanece bajo atención médica y psicológica.
Julio César Chávez ha sido abierto respecto a los problemas de adicciones en su familia, tanto por su propia historia de superación como por el camino que han enfrentado sus hijos. En los últimos años, ha utilizado su experiencia para ayudar a otras personas a través de su red de clínicas especializadas en rehabilitación, donde ofrece tratamientos contra las drogas, el alcohol y otras dependencias.
A pesar del contexto familiar, el excampeón aseguró que ambos hermanos continúan vinculados al boxeo y que están programados para participar en una exhibición conjunta el próximo 24 de enero de 2026 en San Luis Potosí. El evento, que inicialmente se planeaba para diciembre de este año, fue pospuesto para dar tiempo a que los dos lleguen en condiciones óptimas, tanto físicas como emocionales.
Con esta decisión, Chávez busca no solo que su hijo se recupere plenamente, sino también que el boxeo vuelva a convertirse en una vía de disciplina y estabilidad. Su objetivo es que Omar retome el control de su vida y pueda reencontrarse con el deporte que marcó la historia de su familia. Mientras tanto, el proceso de rehabilitación continúa, con la esperanza de que el apellido Chávez vuelva a brillar arriba del cuadrilátero, pero ahora desde una nueva oportunidad personal y profesional.