Oleksandr Usyk volvió a demostrar su dominio absoluto en el boxeo mundial al noquear a Daniel Dubois en el quinto asalto y proclamarse, por segunda vez en su carrera, campeón mundial indiscutido de los pesos pesados. El combate, celebrado la noche del sábado en un abarrotado Estadio de Wembley, dejó claro que el ucraniano sigue siendo una fuerza imparable en la división reina del boxeo.
Con esta victoria, Usyk mantuvo su invicto (24-0, 15 nocauts), defendió con éxito sus cinturones de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y la Organización Mundial de Boxeo (OMB), y recuperó el título de la Federación Internacional de Boxeo (FIB), el cual había dejado vacante poco más de un año atrás.
Durante el combate, Usyk fue contundente. En el quinto asalto derribó a Dubois en dos ocasiones, la segunda tras conectar un sólido izquierdazo que dejó al británico visiblemente aturdido. Sin oportunidad de reponerse, el árbitro completó la cuenta mientras Dubois permanecía en la lona, incapaz de reaccionar ante el golpe definitivo.
Esta no es la primera vez que Usyk se impone sobre Dubois. Hace casi dos años, en Polonia, ya lo había vencido, aunque en aquella ocasión la pelea se prolongó hasta el noveno asalto. Aquel duelo estuvo marcado por la polémica de un golpe bajo que hizo visitar la lona a Usyk por primera vez en su carrera profesional. Esta vez no hubo discusión: el nocaut fue claro y certero.
Dubois, quien ahora cuenta con un récord de 22 victorias y 3 derrotas (21 por nocaut), se suma a la lista de británicos que no han podido con Usyk, junto a nombres como Tyson Fury y Anthony Joshua. El ucraniano, de 38 años, ha escrito su nombre con letras doradas en la historia del boxeo, al haber sido también campeón indiscutido en peso crucero antes de subir a los pesos pesados hace seis años.
Con esta nueva hazaña, Usyk refuerza su estatus como uno de los grandes del boxeo contemporáneo, en una carrera que continúa sumando logros al más alto nivel competitivo.