El MetLife Stadium vivió un momento inusual, no por el desempeño en el campo, sino por un mensaje que llegó desde las alturas. Una avioneta surcó el cielo neoyorquino con un contundente llamado al copropietario de los Giants, John Mara: «Sr. Mara, basta. Por favor, arregle este desastre».
El peculiar suceso ocurrió hora y media antes del enfrentamiento contra los Saints. El equipo, sumido en una racha de siete derrotas consecutivas y con un récord de 2-10, parece haber agotado la paciencia de sus seguidores, quienes encontraron una forma insólita, pero poderosa, de expresar su frustración. «Es un grito desesperado de los aficionados. Quieren que se recupere la gloria de los Giants, pero sobre todo, quieren ser escuchados», comentó un analista deportivo local.
La caída de los Giants ha sido pronunciada desde que alzaron el trofeo del Super Bowl en 2012. Desde entonces, solo han alcanzado los playoffs en dos ocasiones, siendo la más reciente en 2022. Ese año, bajo el liderazgo del entrenador Brian Daboll, el equipo parecía haber encontrado un camino de redención, incluso logrando una victoria en la postemporada frente a Minnesota.
Sin embargo, 2023 fue un balde de agua fría. Con un récord de 6-11, el optimismo de los fanáticos se evaporó rápidamente. La situación empeoró en 2024, marcada por la controversia en torno al mariscal de campo Daniel Jones, quien fue liberado a mitad de un contrato multimillonario tras ser informado de que no jugaría más en la temporada. “Fue una decisión difícil, pero entendemos que los aficionados quieren respuestas, no excusas”, declaró recientemente Mara, aunque el sobrevuelo de la avioneta sugiere que su declaración no calmó las aguas.
Este no es el primer vuelo de protesta en la historia de los Giants. A finales de los años setenta, otra avioneta sobrevoló el estadio con un mensaje igual de crítico: “15 años de pésimo futbol… Ya hemos tenido suficiente”. Esa época marcó una de las peores etapas del equipo, con temporadas donde las victorias eran escasas y las esperanzas aún más.
La presión sobre Mara, Daboll y el gerente general Joe Schoen está en su punto más alto. Con los aficionados alzando literalmente la voz desde las alturas, el mensaje es claro: no hay lugar para la mediocridad en una franquicia con tanta historia. La pregunta ahora es si este clamor será el catalizador para un cambio real o si los Giants continuarán navegando en un vuelo turbulento, mientras sus seguidores miran al cielo, esperando respuestas.