Donald Trump recibió en la Casa Blanca a los Philadelphia Eagles, los flamantes campeones de la NFL, en un evento cargado de emociones, sonrisas y notorias ausencias. El presidente celebró al equipo entregándoles elogios y recibiendo como obsequio un jersey personalizado con el número 47, en alusión al convertirse en el 47º mandatario estadounidense.
El quarterback Jalen Hurts, figura clave en el título de los Eagles, decidió no asistir. De acuerdo con un funcionario de la Casa Blanca, las ausencias se debieron a conflictos de agenda, aunque las tensiones políticas tampoco pasaron desapercibidas. Trump, sin embargo, destacó la calidad de Hurts, describiéndolo como “un tipo y un jugador estupendo” que protagonizó “una actuación estelar tras otra” en una temporada de ensueño, donde los Eagles firmaron un imponente 14-3 antes de conquistar el Super Bowl.
La lista de ausentes también incluyó a DeVonta Smith, A.J. Brown, Jordan Mailata y Brandon Graham. Todos citaron motivos personales o diferencias políticas para no formar parte del evento. Nick Sirianni, entrenador de Philadelphia, respaldó la libertad de elección de sus jugadores y subrayó que lo importante es mantener la unidad del equipo en el terreno de juego.
Este episodio evocó recuerdos de 2018, cuando Trump canceló la recepción a los Eagles tras su primer título de Super Bowl. Ante la negativa masiva de los jugadores, organizó entonces una ‘Celebración de América’por su cuenta en la Casa Blanca.
La ausencia de Hurts no pasó desapercibida desde días antes. En la alfombra roja de la gala de la revista Time, un reportero le preguntó si asistiría al evento, a lo que respondió con un evasivo «ummmm» y un prolongado silencio antes de retirarse.
En contraste, Saquon Barkley, corredor estelar de los Eagles, sí acudió al encuentro. Barkley compartió un vuelo en el Air Force One y un traslado en el Marine One con Trump tras una visita al Trump National Golf Club en Nueva Jersey. “Le encantó”, expresó el presidente sobre la experiencia aérea de Barkley, describiéndolo como “un gran joven y un jugador de futbol americano increíble”.
Barkley, quien ganó el premio al Jugador Ofensivo del Año al superar las dos mil yardas terrestres en la temporada, respondió con firmeza a las críticas recibidas por su cercanía con Trump: “Tal vez sólo respeto el cargo, no es un concepto difícil de entender”, escribió en X.
Trump estuvo presente en el Super Bowl donde los Eagles vencieron a los Kansas City Chiefs, equipo al que había dado su predicción de victoria, y no dejó pasar la oportunidad para elogiar también al estelar Patrick Mahomes. La celebración en la Casa Blanca, aunque empañada por ausencias, no dejó de ser un escaparate de la gloria deportiva, el peso de las convicciones personales y el innegable cruce entre deporte y política.