octubre 09, 2024

Adiós al goleador del Mundial de Italia 90, Salvatore Schillaci quien deja un legado imborrable

Adiós al goleador del Mundial de Italia 90, Salvatore Schillaci quien deja un legado imborrable

El fútbol está de luto. Salvatore ‘Totó’ Schillaci, el hombre que hizo vibrar a Italia y al mundo entero en el Mundial de 1990, falleció a los 59 años a causa de un cáncer de colon que lo había aquejado durante más de dos años. Su legado, sin embargo, permanecerá para siempre en la historia del deporte.

Schillaci, recordado por su inolvidable actuación en el Mundial de Italia 90, donde anotó seis goles y se consagró como el máximo goleador del torneo, murió este miércoles en Palermo, su ciudad natal. La selección italiana lo despidió con un emotivo mensaje en redes sociales: “Adiós, ‘Totò’. Héroe de las Noches Mágicas”.

El exjugador, quien defendió las camisetas de la Juventus y el Inter de Milán, había estado luchando contra el cáncer desde hacía más de dos años. A pesar de someterse a dos intervenciones quirúrgicas, la enfermedad reapareció de manera agresiva en los últimos meses, deteriorando rápidamente su salud. Fue ingresado en el Hospital Cívico de Palermo el 9 de septiembre, donde su condición se agravó y finalmente perdió la batalla.

“Totó peleó hasta el último momento, como lo hacía en el campo. Su valentía nos inspiró a todos, y su legado vivirá en cada rincón de Italia”, declaró Roberto Baggio, compañero en aquel Mundial de 1990, donde ambos llevaron a la selección italiana a las semifinales.

Schillaci llegó a Italia 90 como un desconocido para muchos, y aunque comenzó como suplente, se convirtió en el héroe inesperado de la Azzurra. Sus goles fueron decisivos en los partidos contra Checoslovaquia, Uruguay, Irlanda y Argentina en semifinales. Incluso marcó en el partido por el tercer puesto contra Inglaterra, asegurando la medalla de bronce para su país.

Su actuación no solo le valió el apodo de «Héroe de las Noches Mágicas», sino también el reconocimiento como el segundo mejor jugador del mundo en 1990, solo superado por el alemán Lothar Matthäus.

Tras su retiro en 1997, Schillaci se mantuvo como una figura icónica en el fútbol italiano. Ganador de dos Copas UEFA (una con Juventus y otra con el Inter), su carrera dejó huella, no solo por los títulos, sino por la pasión con la que vivía cada minuto en la cancha. Italia, el fútbol y todos aquellos que lo vieron jugar, hoy despiden a una leyenda.