En una noche cargada de tensión y fútbol en Doha, el París Saint-Germain sumó un nuevo título a su envidiable vitrina al vencer 1-0 al Mónaco en la Supercopa de Francia. La hazaña se escribió en el Estadio 974, un escenario construido con contenedores marítimos que fue testigo de un desenlace electrizante gracias al talento de Ousmane Dembélé.
El reloj marcaba el segundo minuto del tiempo añadido. La paridad parecía inquebrantable hasta que apareció el francés Dembélé, desmarcado y atento, para conectar un pase rasante desde la izquierda enviado con precisión quirúrgica por el español Fabián Ruiz. Esa acción selló la victoria del conjunto parisino, que por tercera vez consecutiva levanta este trofeo, reafirmando su dominio en el fútbol francés con 13 títulos en su historial.
La travesía hacia este momento de gloria no fue sencilla. Durante la primera mitad, el PSG estuvo cerca de abrir el marcador cuando Désiré Doué estremeció el travesaño con un potente disparo. Al otro lado del campo, el portero monegasco Philipp Köhn lució como un muro infranqueable, realizando intervenciones clave que mantuvieron vivas las esperanzas de su equipo.
En el complemento, Mónaco mostró su mejor versión. Los remates de Eliesse Ben Seghir y del defensor brasileño Vanderson estremecieron los postes, dejando al público al borde de sus asientos. Sin embargo, la fortuna se negó a sonreírles.
El PSG, propiedad del grupo Qatar Sports Investments desde 2011, cerró el encuentro con la sangre fría de un campeón experimentado. Aunque Köhn desvió un disparo de Achraf Hakimi a los 74 minutos, un pequeño error al calcular el centro de Ruiz permitió a Dembélé marcar el gol decisivo.
Este triunfo no solo reafirma la hegemonía del club parisino, sino que también resalta el talento colectivo y la capacidad de definir partidos en los momentos cruciales. Mónaco, por su parte, sigue buscando romper con una sequía que se extiende desde el año 2000 en esta competición.
Con este título, el PSG celebra un año más de éxitos, luego de haber conquistado la liga y la copa la temporada pasada. Su legado crece, y su afición tiene motivos para soñar con lo que traerá el futuro.
Una noche más de fútbol inolvidable para los amantes del deporte rey, donde cada jugada dejó huella y cada detalle contribuyó a escribir otra página en la historia del fútbol francés.