Saúl “Canelo” Álvarez cayó la noche de este sábado ante Terence Crawford por decisión unánime en el Allegiant Stadium de Las Vegas. Aunque visiblemente afectado por el resultado, el mexicano aceptó con serenidad la derrota y destacó que un tropiezo no define su trayectoria.
“Quiero dar las gracias a toda la gente que vino a apoyarme, muchísimas gracias. Decirles que una derrota no me define, al estar aquí yo ya gané porque tengo a mi familia, en lo profesional he hecho muchísimas cosas. Entrené muy bien, todo mi respeto para Crawford, hice lo que tenía que hacer. Aquí estoy para tomar riesgos, vine a la vida a tomar riesgos, a ponerme a prueba y aquí seguiré”, expresó tras conocerse la decisión de los jueces.
El púgil tapatío, quien sumó la tercera derrota de su carrera, adelantó que tomará un periodo de descanso antes de definir su siguiente paso. Sin embargo, no cerró la puerta a una revancha, siempre que Crawford no decida retirarse tras la victoria. “Estoy para pelear contra grandes pugilistas como él, si lo hacemos de nuevo sería una gran pelea”, indicó.
Álvarez insistió en que su carrera no está en declive y subrayó la importancia de su legado deportivo: “Mi legado está ahí y he tomado todos los riesgos. Me siento bien, me siento fuerte, pero él es un gran peleador y le doy todo el crédito del mundo”. Con estas palabras, mostró respeto absoluto hacia su rival, considerado ya uno de los mejores boxeadores de la actualidad.
La velada en Las Vegas también estuvo marcada por la ausencia de la tradicional ceremonia de los himnos nacionales en el ring. Por primera vez en una pelea estelar del mexicano, no se entonó el Himno Nacional antes del combate, decisión que generó controversia. Los rumores apuntaban a que la cantante Fey sería la encargada de interpretarlo, aunque finalmente no pudo subir al escenario.
En su lugar, el ingreso del Canelo estuvo acompañado por mariachi con la canción “México Lindo y Querido”, lo que dio un matiz distinto a la presentación. Sin embargo, la tradición no quedó del todo ausente: en un gesto íntimo, Álvarez y su equipo entonaron el Himno Nacional Mexicano en el vestuario antes de salir al cuadrilátero, con Fey interpretándolo exclusivamente para ellos.
Ya sobre el ring, tras conocerse el veredicto, el tapatío lanzó un mensaje a la afición mexicana que lo acompañó en Las Vegas: “¡Viva México, cabrones, ánimo!”, lo que generó reacciones divididas entre aplausos y abucheos.
Crawford se llevó la victoria por decisión unánime de los jueces, en un combate que rompió con varias tradiciones del boxeo y que ahora abre la posibilidad de un segundo enfrentamiento entre ambos, en caso de que el estadounidense decida continuar su carrera.