El futuro de Racing Bulls está completo y ya tiene nombre y apellido: Isack Hadjar. El equipo ha confirmado esta mañana al joven piloto francofrancés como su segunda apuesta para la temporada 2025 de Fórmula 1, donde compartirá asiento con el experimentado Yuki Tsunoda. Este movimiento completa una serie de cambios estratégicos en la estructura de Red Bull, tras el ascenso de Liam Lawson al equipo principal.
Hadjar, quien recientemente celebró sus 20 años, se convierte en la última pieza del complejo rompecabezas de Red Bull. Tras un destacado 2024 como piloto reserva y subcampeón de Fórmula 2, el francofrancés tiene por fin su ansiado puesto en la parrilla de la F1. «Estar en la Fórmula 1 es un sueño hecho realidad. He trabajado toda mi vida para esto», declaró Hadjar con emoción tras el anuncio.
Su camino hacia la máxima categoría no ha sido sencillo. Con victorias contundentes en la Fórmula 2 y una destacada participación en entrenamientos libres con el RB20, Hadjar ha demostrado tener el talento necesario para competir entre los mejores del mundo. “Me espera una curva de aprendizaje acelerada, pero estoy listo para darlo todo y aprender de Yuki Tsunoda”, aseguró el joven piloto.
El director del equipo, Laurent Mekies, se mostró entusiasmado con la llegada de Hadjar: «Aportará aire fresco y mucha determinación. Ha demostrado un crecimiento notable y confiamos en que su desempeño será sobresaliente». Por su parte, Peter Bayer, director general de Racing Bulls, destacó el compromiso del equipo con el desarrollo de jóvenes talentos: «La promoción de Isack es una prueba más del éxito del Red Bull Junior Program».
El 2025 promete ser una temporada desafiante para Hadjar, quien enfrentará la presión de estar junto a Tsunoda, un piloto con cinco años de experiencia en F1. La competitividad interna será intensa, especialmente con Lawson brillando en Red Bull y Tsunoda buscando reivindicarse. Los motores están listos y la alineación confirmada. Racing Bulls apuesta por el talento joven y Hadjar tiene la oportunidad de convertirse en la nueva joya de la Fórmula 1.