El fútbol, el deporte más popular del mundo, prepara su llegada a Estados Unidos como nunca antes. Donald Trump, presidente electo, y Gianni Infantino, presidente de la FIFA, se reunieron recientemente en Mar-a-Lago para abordar el papel crucial del país en dos eventos históricos: el Mundial de Clubes 2025 y el Mundial 2026.
En una reunión cargada de simbolismo y estrategia, Infantino destacó la relevancia de Estados Unidos como anfitrión. Según sus palabras, estos torneos representan una oportunidad única para impulsar el fútbol en un país donde, a pesar de su enorme influencia global, el deporte aún lucha por alcanzar la misma pasión que genera en otros rincones del mundo.
El Mundial de Clubes, que tendrá lugar del 14 de junio al 13 de julio, contará con la participación de 32 equipos de élite. Desde Miami hasta Nueva Jersey, 63 partidos llenarán los estadios y ofrecerán una experiencia inolvidable a los aficionados. Este torneo, concebido como un escaparate global, servirá para medir el interés del público estadounidense en un deporte que busca consolidarse como fenómeno de masas en el país.
La conversación también giró en torno al Mundial 2026, un evento aún más ambicioso que, por primera vez, será organizado de manera conjunta por tres países: Estados Unidos, México y Canadá. En esta edición, los estadios estadounidenses no solo albergarán una parte significativa de los partidos, sino que también serán epicentro de actividades culturales y comerciales que reforzarán la imagen del país como líder en organización de eventos globales.
Infantino elogió el respaldo de Trump, calificando la reunión como un paso importante en la colaboración entre la FIFA y el gobierno estadounidense. Además, subrayó la relevancia de estos torneos como catalizadores para popularizar el fútbol en una nación que, aunque ajena a su dominio histórico, posee un mercado potencial inigualable.
Esta serie de eventos representa más que fútbol. Es una apuesta por transformar la relación de Estados Unidos con el deporte rey, vinculando a millones de personas con una narrativa de unidad, espectáculo y aspiraciones globales. Con la ceremonia de investidura de Trump programada para este 20 de enero, la reunión con Infantino marca un inicio simbólico de lo que promete ser un mandato con fuertes implicaciones deportivas.
En los próximos años, la mirada del mundo se posará sobre los estadios estadounidenses, no solo para disfrutar del fútbol, sino para observar cómo un país utiliza su influencia para redefinir su rol en la escena deportiva internacional.