Eli Manning, el icónico mariscal de campo que lideró a los New York Giants en dos épicas victorias sobre los Patriots de Tom Brady en el Super Bowl, se encuentra a un paso de entrar al Salón de la Fama del fútbol americano profesional. Su candidatura para la clase de 2025 no solo celebra sus logros en el campo, sino que reafirma su lugar como una de las figuras más memorables de la NFL.
Con dos premios de Jugador Más Valioso (MVP) del Super Bowl en su vitrina, Manning dejó una huella imborrable en la historia del deporte. Fue el arquitecto de dos de las mayores sorpresas en la historia de los Super Bowls: en 2007, arruinó la temporada perfecta de los Patriots con un pase mágico a Plaxico Burress en los últimos segundos, y en 2011, repitió la hazaña con otra ofensiva decisiva para coronarse nuevamente campeón.
Manning, quien pasó toda su carrera con los Giants tras ser seleccionado primero en el Draft de 2004, acumuló 57,023 yardas por pase y 366 touchdowns en su trayectoria. Aunque nunca lideró la liga en estadísticas clave ni fue nombrado All-Pro, sus actuaciones en los momentos cruciales lo convirtieron en una leyenda.
Ahora, comparte la lista de finalistas con otras figuras destacadas, incluidos Luke Kuechly, Terrell Suggs y Antonio Gates, así como el mítico pateador Adam Vinatieri, famoso por sus goles de campo decisivos en postemporada. Entre los 15 nombres elegibles, Manning busca seguir los pasos de su hermano Peyton, quien ya forma parte del Salón de la Fama.
La votación para elegir entre tres y cinco miembros de la clase moderna se realizará el próximo mes, y los seleccionados serán anunciados durante la semana del Super Bowl. Además, otros candidatos en categorías como veteranos, entrenadores y contribuyentes podrían ser inducidos, ampliando la lista de homenajeados.
Eli Manning pertenece a un grupo exclusivo de mariscales de campo que han ganado múltiples Super Bowls, uniéndose a nombres legendarios como Joe Montana, Terry Bradshaw y Patrick Mahomes. Su legado no solo se mide en números, sino en su habilidad para brillar bajo presión y definir momentos inolvidables en la historia del deporte. Su posible entrada al Salón de la Fama sería el broche de oro a una carrera que simboliza resiliencia, liderazgo y la capacidad de enfrentar desafíos con valentía. Eli Manning no solo fue un jugador, fue un símbolo de grandeza cuando más importaba.