LeBron James dejó claro su descontento después de que los Lakers de Los Ángeles dejaron escapar una ventaja de 20 puntos y perdieran por 101-99 ante los Nuggets de Denver.
Su frustración no solo se centró en el fallo de su triple clave en el último minuto, ni en el tiro ganador de Jamal Murray sobre la bocina que selló la victoria para Denver en el segundo juego de la serie de la primera ronda. Más bien, el enojo de James se dirigió al centro de repeticiones de la NBA, ubicado en Secaucus, Nueva Jersey, por una decisión que consideró injusta.
La falta polémica ocurrió cuando D’Angelo Russell fue golpeado en la cara por Michael Porter Jr., pero el centro de repeticiones revirtió la falta, alegando que solo hubo un contacto leve. Esto enfureció a James, quien, tras el partido, no ocultó su molestia. «No entiendo qué sucede en el centro de repeticiones», dijo, refiriéndose a la decisión que consideró incorrecta. «Claramente, D-Lo recibe un golpe en la cara mientras conduce hacia la canasta. ¿Qué (expresión obscena) está pasando en el centro de repeticiones? No tiene sentido, me molesta».
En el desenlace del partido, James tuvo la oportunidad de poner a los Lakers por delante con un triple desmarcado con 16 segundos por jugar, pero la pelota rebotó fuera del aro. Tras el fallo, Porter Jr. capturó el rebote y asistió a Murray, quien anotó el tiro ganador con un lanzamiento en suspensión sobre Anthony Davis mientras el tiempo expiraba.
Los Lakers regresan a Los Ángeles para el tercer juego de la serie con una desventaja de 2-0. Los comentarios de James reflejan la frustración por la forma en que el centro de repeticiones maneja las decisiones críticas y la falta de coherencia que perciben los jugadores y entrenadores.