Este viernes, en una jugada que pocos anticiparon, Juan Carlos Rodríguez, conocido como ‘La Bomba’, detonó un cambio inesperado al presentar su renuncia como Comisionado de la Federación Mexicana de Futbol (FMF). El anuncio, realizado durante la Asamblea de Dueños en Toluca, dejó una estela de incertidumbre y tensiones sin resolver. Mikel Arriola, actual presidente de la Liga MX, asumirá el cargo de manera interina.
El motivo oficial: «razones personales». Sin embargo, tras la fachada de formalidad, se esconde una pugna entre los dueños de los clubes de la Liga MX y una propuesta multimillonaria que, al parecer, dividió el tablero del futbol mexicano. Rodríguez, quien asumió el cargo en mayo de 2023 con la promesa de revolucionar el proceso rumbo al Mundial de 2026, se despide sin ver concretada su principal estrategia financiera.
Días atrás, ‘La Bomba’ Rodríguez planteó una propuesta audaz: un fondo de inversión de mil 250 millones de dólares para modernizar y fortalecer el futbol nacional. La idea, aunque ambiciosa, no consiguió el consenso unánime necesario entre los dueños de los equipos. Se dice que al menos nueve clubes se opusieron tajantemente.
¿Por qué una inyección de capital tan impresionante generó rechazo? Voces cercanas al proceso sugieren que las condiciones del fondo implicaban cambios estructurales en el gobierno corporativo del futbol mexicano, una transformación que no todos los dueños estaban dispuestos a aceptar. “El futbol es negocio, pero también es poder”, comentó un directivo bajo condición de anonimato. “Nadie quiere ceder el control de su club sin tener garantías claras”.
Rodríguez llegó a la FMF con un currículum imponente. Como exdirectivo de Grupo Televisa y un especialista en medios, su llegada fue vista como un soplo de aire fresco para el balompié nacional. La misión era clara: preparar a la Selección Nacional y las estructuras del futbol para un Mundial en casa, en 2026, compartido con Estados Unidos y Canadá. No obstante, su mandato duró apenas siete meses, un periodo marcado por grandes expectativas, pero también por resistencias internas.
La Asamblea de Dueños ahora busca reorganizarse y tomar las riendas del proceso. La decisión de conformar un Comité de 10 equipos para continuar las negociaciones con el fondo de inversión sugiere que el plan no está del todo descartado, pero el camino será complicado. Mikel Arriola, quien asume el interinato, tiene por delante un reto monumental. No solo deberá intentar calmar las aguas, sino también construir puentes entre las facciones enfrentadas. El mandato es claro: asegurar que el futbol mexicano se modernice sin comprometer la autonomía de los clubes.
“Estamos en un punto crítico”, declaró un alto directivo. “No se trata solo de dinero, sino de definir cómo queremos que sea nuestro futbol en el futuro”. La tensión está al máximo, y el tiempo corre. Enero será clave para definir si el plan de inversión resurge con nuevas condiciones o si se entierra definitivamente. Juan Carlos ‘La Bomba’ Rodríguez ya no está en el campo, pero su salida ha dejado una explosiva pregunta en el aire: ¿está preparado el futbol mexicano para una verdadera transformación? Lo que ocurra en los próximos meses podría definir el rumbo del balompié nacional por una década o más.