En una noche que quedará grabada en la memoria del deporte mexicano, Marco Verde se convirtió en subcampeón olímpico, entregando una histórica medalla de plata en los Juegos Olímpicos de París 2024. Aunque cayó en la final ante el uzbeko Asadkhuja Muydinkhujuaev, su desempeño en el ring demostró que, más allá del color de la medalla, su espíritu inquebrantable es digno de admiración y respeto.
Marco Verde, oriundo de Mazatlán, Sinaloa llegó a la final con la determinación de conquistar el oro. Enfrentó a Muydinkhujuaev, un oponente formidable que desde el primer asalto mostró su superioridad. Vestido de azul, el mexicano se mantuvo en el centro del ring, persiguiendo a su rival, pero sin encontrar las oportunidades para imponerse en el combate. Los jueces no dudaron en otorgar los puntos al uzbeko, quien logró mantener la ventaja durante toda la pelea.
El segundo asalto siguió la misma tónica, con un Marco Verde que no dejó de buscar la victoria, pero que encontró en su rival una estrategia eficaz para evadir el intercambio de golpes. Fue en el tercer episodio donde el mexicano entregó todo su esfuerzo, buscando revertir la decisión, pero Muydinkhujuaev evitó el combate directo, asegurando así el triunfo y dejando a Verde con la medalla de plata.
A pesar de no haber logrado el oro, la hazaña de Marco Verde en París 2024 tiene un valor inmenso. Con su medalla, se suma a la lista de los grandes del boxeo mexicano, otorgando a México su decimocuarta presea en esta disciplina, que sigue siendo una de las más exitosas para el país en la historia de los Juegos Olímpicos. Verde no solo igualó el logro de Misael Rodríguez, quien obtuvo el bronce en Río 2016, sino que también se convirtió en el primer boxeador mexicano en alcanzar una final olímpica desde Héctor López Colín, quien se colgó la plata en Los Ángeles 1984.
El camino de Verde hacia la final no fue sencillo. En las semifinales, derrotó al británico Lewis Richardson con una victoria por 3-2, firmando una remontada que recordó la que había logrado en los cuartos de final. En ambas peleas, Marco demostró su capacidad de superarse ante la adversidad, un rasgo que ha definido su carrera y que lo llevó a alcanzar la gloria en el deporte que eligió desde niño.
De hecho, la historia de Marco Verde es la de un guerrero que cambió el bate por los guantes de boxeo, una decisión que tomó cuando era solo un niño. Dejó el béisbol, deporte en el que también destacaba, para dedicarse de lleno al boxeo, y esa elección lo ha llevado a alcanzar el reconocimiento mundial. Su trayectoria está marcada por títulos como el de la Copa Calgary 2022, el oro en los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile 2023, y su reciente victoria en el torneo “The Golden Belt Nicolae Linca” en Rumania 2024.
El legado de Marco no solo se construye sobre sus éxitos individuales, sino también sobre una herencia familiar de boxeadores. Su padre, Manuel Verde, también fue olímpico, representando a México en Barcelona 1992. Hoy, Marco sigue esos pasos con orgullo, llevando el apellido Verde a lo más alto del deporte internacional.
Con la medalla de plata de Marco, México suma su quinta presea en París 2024, superando la cosecha de Tokio 2021. Esta tercera plata, junto con dos bronces, reafirma el compromiso y el talento de los deportistas mexicanos, quienes continúan dejando una huella imborrable en la historia de los Juegos Olímpicos.
El viaje de Marco Verde en París 2024 es un testimonio del poder de la perseverancia, del trabajo arduo y de la pasión por representar a su país con dignidad. Aunque su medalla es de plata, el impacto de su logro brilla como oro en el corazón de todos los mexicanos.