Alejandra Valencia, una de las arqueras más destacadas de México, se encuentra en medio de una polémica que ha sacudido el panorama deportivo nacional. Tras haber ganado una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de París 2024, la atleta sonorense de 29 años se ha visto afectada por una inesperada reducción en su beca deportiva, una decisión que ha dejado a muchos perplejos y ha generado una oleada de críticas hacia la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), dirigida por Ana Gabriela Guevara.
La noticia de la reducción de su beca fue un golpe devastador para Valencia, quien utilizó sus redes sociales para expresar su frustración y descontento. «Vine a firmar la documentación de mi beca y me entero de que por las reglas de operación que rigen a Conade me bajaron mi beca después de la medalla olímpica. No pues muchas gracias», escribió con ironía y desazón. Su mensaje resonó con fuerza entre sus seguidores y otros atletas, quienes ven en esta situación un reflejo de las dificultades que enfrentan los deportistas mexicanos.
El problema radica en las reglas de operación de la Conade, que establece un tabulador para determinar el monto de las becas deportivas en función de los resultados obtenidos por los atletas. Aunque Valencia se alzó con una medalla en París, su desempeño en la competencia individual, donde terminó en quinto lugar, resultó ser el factor determinante para la reducción de su apoyo económico. Este resultado fue considerado «inferior» al cuarto lugar que obtuvo en Tokio 2020, lo que, según las normativas de la Conade, justifica la disminución de su beca.
La nueva asignación económica de Valencia, de apenas 36 mil pesos mensuales, contrasta fuertemente con los 41 mil pesos que percibía tras su participación en Tokio 2020 y los 46 mil pesos que recibió por su subcampeonato mundial en 2023. Esta diferencia ha dejado a la arquera en una situación precaria, ya que debe continuar cubriendo los costos de su entrenamiento, incluyendo los honorarios de su preparador físico y su psicóloga.
«No es justo que después de tanto esfuerzo, nos reduzcan el apoyo que necesitamos para seguir compitiendo al más alto nivel», declaró Valencia en una entrevista posterior a su publicación en redes sociales. «Con más apoyo podríamos lograr cosas aún más grandes, pero parece que no entienden lo que realmente necesitamos los atletas».
La situación de Valencia no es única; otros deportistas de alto rendimiento en México se han enfrentado a decisiones similares por parte de la Conade. La rigidez de las normativas y la falta de flexibilidad para reconocer los logros en equipo, como fue el caso de Valencia en París 2024, han generado un creciente malestar entre la comunidad deportiva. Muchos cuestionan si estas políticas realmente favorecen el desarrollo del deporte en el país o si, por el contrario, limitan las posibilidades de los atletas de alcanzar su máximo potencial.
En el horizonte, Valencia enfrenta otro reto importante: la Copa del Mundo 2024, que se celebrará en septiembre en Tlaxcala. La arquera sabe que su desempeño en esta competencia será crucial no solo para su carrera, sino también para su estabilidad económica. «Si no igualo o supero mis resultados anteriores, me arriesgo a que me vuelvan a reducir la beca. Es una presión constante, pero no dejaré que eso me detenga», afirmó con determinación.
La historia de Alejandra Valencia es un recordatorio de las dificultades que enfrentan los deportistas en México, donde el apoyo institucional, en lugar de ser un respaldo sólido, a menudo se convierte en un obstáculo más en su camino hacia el éxito. Mientras la arquera continúa luchando en el terreno de juego, su voz también se alza contra un sistema que, según ella y muchos otros, necesita urgentemente una revisión profunda.